La oposición brasileña declara la guerra a la apertura económica del presidente Cardoso

ENVIADO ESPECIALEntre los levantamientos contra la reforma de la Constitución brasileña de 1988 promovida por el presidente, el socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso, figura el obtusamente encabezado por el ex gobernador socialista Leonel Brizola, que ha escandalizado al país al denunciar la existencia de una dictadura económica y manifestarse dispuesto a apoyar otra, militar, que evite la quiebra de los monopolios y la privatización de las empresas estatales en marcha. Hacendados y sindicatos coinciden en la resistencia a las reformas.

Más eficaces en la movilización, caudillos reg...

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ENVIADO ESPECIALEntre los levantamientos contra la reforma de la Constitución brasileña de 1988 promovida por el presidente, el socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso, figura el obtusamente encabezado por el ex gobernador socialista Leonel Brizola, que ha escandalizado al país al denunciar la existencia de una dictadura económica y manifestarse dispuesto a apoyar otra, militar, que evite la quiebra de los monopolios y la privatización de las empresas estatales en marcha. Hacendados y sindicatos coinciden en la resistencia a las reformas.

Más eficaces en la movilización, caudillos regionales de la nación con mayor patrimonio público de América Latina se aprestan a la resistencia, porque, además de convocar al capital exterior -"la piratería internacional", precisa Brizola-, Cardoso tratará de incorporar cambios electorales susceptibles de reducir la presencia parlamentaria de quienes velan por sus intereses.Un paquete de cinco enmiendas, que abren los monopolios del petróleo y las comunicaciones y facilitan la entrada de empresas extranjeras en proyectos hidroeléctricos y minerales, pasó su primera votación en el Congreso.

Brizola advierte que el Gobierno juega con fuego. Perseguido por el régimen castrense establecido en 1964, vivió casi 16 años de su vida en el exilio, perseguido por un estamento cuya salvadora complicidad no parece descartar en sus equívocas declaraciones. "Si viene una reacción militar para defender la soberanía brasileña, yo apoyo a todos los que la defiendan contra la entrega y la venta vergonzosa del país".

Amnistiado en 1979, dos veces gobernador de Río de Janeiro, fue derrotado en las presidenciales del pasado año y malvive políticamente. Brizola convocó a la protesta civil asustando con la asonada republicana de 1889 contra la monarquía. "La monarquía estaba destruyendo el país y manteniendo, criminalmente, la esclavitud. Y como no hubo una reacción civil, los militares derrumbaron la monarquía".Las deudas de los hacendados

Los hacendados, en las requisitorias fiscales, tampoco bailan la jota, aunque Carlos Mardegam fuera pianista en un cabaré de Sâo Paulo antes que terrateniente en el Mato Grosso. Debe casi siete millones de dólares (unos 840 millones de pesetas). Helmut Rieger, esclavista en sus tomateras, se molestó en 1993 porque la autoridad le censuró actitudes impropias del siglo XX. ¿Qué hizo? Despedir a 700 peones y comprar una cosechadora. Domingo Gomes de Lima, inmerso en un escándalo sobre los turbios orígenes de su fortuna, debe cerca de 70 millones de dólares (8.400 millones de pesetas). Enrico Ribeiro, el mayor arrocero del mundo con cinco millones de sacos al año, administra un imperio y una deuda de más de 32 millones de dólares (casi 4.000 millones de pesetas). Facturó 220 millones en 1994. Los tres figuran en una relación de 18.000 deudores enriquecidos con créditos oficiales al campo baratos que no devuelven.

La revista Veja informó en su último número que, de los 331.000 agricultores beneficiados por los 15.000 millones de reales en créditos rurales otorgados por el Banco de Brasil, 313.000 pagan el 95% de sus obligaciones. Los 18.000 de la infame lista dicen temer la ruina si lo hacen y forzaron una "intervención política" para eludir el pago de una financiación librada en condiciones e intereses de privilegio. Afrentado, con sus alfombras persas en manos de la justicia, un moroso de cuatro millones de dólares (unos 480 millones de pesetas), Antonio Mayrink, lamentaba la impunidad de los hacendados. "Hay gente que debe al banco hace 90 años y no le pasa nada. Yo debo hace 90 días y me ejecutan". El latifundio obtuvo la protección requerida. La activa bancada rural, la más poderosa y organizada con sus 140 diputados, amenazó con retirar su apoyo, decisivo, a varias de las reformas constitucionales propuestas por Cardoso de no aceptar el Ejecutivo exenciones en el cobro.Servidumbre electoral

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Contra su voluntad aceptó, y el Banco de Brasil dejará de percibir entre 1.000 y 2.000 millones de dólares (entre 120.000 y 240.000 millones de pesetas). La trascendencia de las enmiendas en curso determinó la cesión del pragmático Cardoso, necesitado para su aprobación de un 60% de los votos del Congreso. Teóricamente cuenta con 350 de los 513 miembros de la Cámara de Diputados, pero teme por las servidumbres del sistema electoral en vigor. Los parlamentarios federales son proclives a atender los deseos de la compleja clientela local en detrimento de la causa nacional, y en este caso, los defendidos por Cardoso son de envergadura. El autoritario Azevedo Amaral comentaba en 1938 que en la Constitución brasileña de 1934 no era tanto un estatuto orgánico nacional como una especie de tratado que acogía lo divino y lo humano. La Constitución de 1988, que Cardoso trata de enmendar para provecho de la gran mayoría, recibió imputaciones parecidas al asemejarlo sus críticos más a un bienintencionado programa de gobierno, que a un texto capaz de conformar un orden jurídico estable y justo.

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