700 agentes deben abandonar la dirección general de la Guardia Civil si se aprueba la remodelación de Belloch

El ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, va a acelerar la reestructuración de la Guardia Civil, accediendo así a la petición de sus generales. El proyecto, que probablemente será aprobado el próximo mes, implicará desmontar el enorme aparato burocrático de los servicios centrales, por lo que se calcula que 700 de sus 3.000 integrantes serán cambiados de puesto. Belloch quiere acabar con la kafkiana burocracia que arrastra el cuerpo, delegando en las Zonas y Comandancias muchas competencias operativas y de gestión económica. Se reforzará la unidad anticorrupción triplicando sus...

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El ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, va a acelerar la reestructuración de la Guardia Civil, accediendo así a la petición de sus generales. El proyecto, que probablemente será aprobado el próximo mes, implicará desmontar el enorme aparato burocrático de los servicios centrales, por lo que se calcula que 700 de sus 3.000 integrantes serán cambiados de puesto. Belloch quiere acabar con la kafkiana burocracia que arrastra el cuerpo, delegando en las Zonas y Comandancias muchas competencias operativas y de gestión económica. Se reforzará la unidad anticorrupción triplicando sus actuales efectivos y, por primera vez en su historia, la Guardia Civil se abrirá a las relaciones internacionales con otras policías.

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Juan Alberto Belloch tenía previsto acometer la remodelación en el plazo de un año, convencidos de que los cambios van a ser "muy profundos". Los generales creen que es "urgente" moderni zar a la Guardia Civil y han convencido al ministro para que el plan se lleve a cabo en seis meses. "Si un guardia de Zamora pierde su gorra, pueden pasar meses hasta que se le reponga porque la compra de una nueva debe autorizarla el subdirector de Operaciones en Madrid", dice un alto mando del instituto armado. Esta anécdota es sólo un reflejo de la descomunal burocracia que paraliza el funcionamiento del cuerpo y ocupa a cientos de agentes. Tal fallo ha sido reconocido sin paliativos por los generales que se han reu nido en los últimos meses con la viceministra de Interior, Margarita Robles.El anterior jefe de la Guardia Civil, Luis Roldán, contribuyó a crear una macroestructura en Madrid, al centralizar en él y en sus más estrechos colaboradores hasta la más nimia decisión. Ahora, incluso el propio director, Ferrán Cardenal, perderá más de una veintena de guardias burócratas y, por supuesto, no tendrá a los famosos patas negras (un grupo de élite que sólo obedecía órdenes de Roldán).

"La reestructuración de la Guardia Civil supondrá el cambio de una organización estrictamente piramidal, donde las funciones básicas y las decisiones eran monopolizadas por el director general, devolviendo a las subdirecciones generales y órganos especializados las funciones, competencias y decisiones", según se recoge en el Plan de Objetivos de la Guardia Civil. Y añade que, a partir de ahora, habrá una "organización jerárquica funcional", en la que el director actuará como coordinador y el Consejo Superior de la Guardia Civil [integrado por los generales] cobrará "protagonismo".

Los generales que componen la cúpula de la Guardia Civil han participado activamente en la confección del plan de modernización y han sido muy críticos respecto a la realidad. Esta, según el análisis de Justicia e Interior, es la siguiente: "No existe línea política general de la dirección ni, en consecuencia, la que orienta a las subdirecciones"; "hay una gran falta de coordinación entre las subdirecciones"; "la subdirección de Operaciones está funcionando como un estado mayor que duplica actividades de gestión que corresponden a las subdirecciones de Apoyo y Personal"; "insuficiencia en la definición de las competencias de

los diversos niveles de responsabilidad"; y "falta de una cultura de gestión que sustituya a la pasividad burocrática y a la estanqueidad de los diferentes órganos y subdirecciones".

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Elusión de responsabilidades

Ahora todo converge hacia la subdirección de Operaciones, lo que supone una "sobrecarga" para el general Francisco Gimeno Doménech, "un largo circuito para la resolución de problemas e incidentes", "el fomento en los niveles subordinados de una actitud pasiva, poco motivada, y con tendencia a eludir responsabilidades". Esto es aplicable a todas las unidades y servicios dependientes de dicha subdirección, según el diagnóstico recogido en el Plan de objetivos. Dentro del "cambio de estilo" de la Guardia Civil que desea el ministro Belloch, se pretende crear oficinas de atención al ciudadano en todos los cuarteles, que podrían ser atendidas por algunos de los 23.000 agentes que están en reserva activa [una especie de prejubilación].

El ministerio considera que es preciso "revisar cada cinco años el despliegue" territorial y humano de la Guardia Civil. "Hoy, por ejemplo, hay casos en que un cuartel tiene jurisdicción sobre la mitad de una urbanización y la otra mitad pertenece a otro situado a 25 kilómetros, obligando a los vecinos a recorrer esta distancia para presentar una denuncia", reconoce un alto responsable del instituto armado.

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