Monumento a los 50.000 españoles que murieron en la II Guerra Mundial

El ministro de Defensa, Julián García Vargas, inauguró ayer en Madrid el primer monumento erigido en recuerdo de los españoles que lucharon "por la libertad de Europa" en la II Guerra Mundial, coincidiendo con el 50 aniversario del final de la contienda. En ésta murieron 50.000 soldados españoles, como recordó Joaquín de Pablo, presidente de la Unión de Ex Combatientes de la guerra de España.García Vargas señaló que "fueron españoles los primeros que entraron en París" y que el objetivo de su ministerio es "normalizar el reposo definitivo de los españoles que lucharon en distintas. guerras fue...

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El ministro de Defensa, Julián García Vargas, inauguró ayer en Madrid el primer monumento erigido en recuerdo de los españoles que lucharon "por la libertad de Europa" en la II Guerra Mundial, coincidiendo con el 50 aniversario del final de la contienda. En ésta murieron 50.000 soldados españoles, como recordó Joaquín de Pablo, presidente de la Unión de Ex Combatientes de la guerra de España.García Vargas señaló que "fueron españoles los primeros que entraron en París" y que el objetivo de su ministerio es "normalizar el reposo definitivo de los españoles que lucharon en distintas. guerras fuera de nuestro país a lo largo del siglo XX para que todas las memorias se reconcilien definitivamente".

El monumento, obra del escultor Enrique Rocabert, está enclavado en el cementerio madrileño de Fuencarral. Está diseñado sobre una base de granito cortada perpendicularmente por un muro negro con la inscripción "En memoria de los españoles que combatieron por la libertad en Europa. 1939-1945".

El coronel Feliciano Romero, ex combatiente, intervino en el acto para defender la paz y la reconciliación, aunque sin olvidar la historia, para legar a las generaciones futuras el valor de la convivencia.

La ceremonia concluyó con las palabras del escritor y académico Francisco Ayala, que recordó su exilio en México y los horrores de la guerra civil española y de la segunda guerra mundial. Para perpetuar el recuerdo de los muertos "se erigen monumentos como éste, que apelan de contínuo a la reflexión, al escarmiento y al sentido moral, sacudiendo una vez y otra y siempre la conciencia distraída en las inestables urgencias del vivir cotidiano", dijo Ayala.

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