Vivo en Campamento, trabajo en Barajas

Es domingo 28 de mayo de 1995. La ciudad tiene un aire vacío y festivo, como siempre que se celebran elecciones. Álvaro y Hugo juegan. por los parques e instalaciones deportivas que en otra época ocuparon los racionalistas edificios de los Nuevos Ministerios. Sus padres, que hace años trabajaron entre esos bloques, vendrán a buscarles en el tren regional express que llega directo a esta zona de la Castellana desde su casa adosada en Campamento, donde ahora está su ministerio. Y no sólo el de Obras Públicas, también Defensa, Agiricultura...La almendra de la ciudad mejoró. notablemente su colaps...

Es domingo 28 de mayo de 1995. La ciudad tiene un aire vacío y festivo, como siempre que se celebran elecciones. Álvaro y Hugo juegan. por los parques e instalaciones deportivas que en otra época ocuparon los racionalistas edificios de los Nuevos Ministerios. Sus padres, que hace años trabajaron entre esos bloques, vendrán a buscarles en el tren regional express que llega directo a esta zona de la Castellana desde su casa adosada en Campamento, donde ahora está su ministerio. Y no sólo el de Obras Públicas, también Defensa, Agiricultura...La almendra de la ciudad mejoró. notablemente su colapsado tráfico desde que se marcharon a Campamento todos esos edificios oficiales situados en su interior. La reconversión en chalés y espacios recreativos de esos viejos cuarteles de Campamento sirvió, además, para recuperar esta área degradada de la ciudad. Los vecinos de Carabanchel aumentaron sus posibilidades de transporte, ya incrementadas cuando se inauguró la línea 10 de Metro, gracias a esta simbólica operación urbanística. Con ella llegó la línea transversal de Renfe, ideada para comunicar el oeste de la capital con el este y, por extensión, con el aeropuerto de Barajas, donde por fin arribó un transporte colectivo de masas.

El aeródromo de la capital de España hace tiempo que duplicó su capacidad y sus pistas de aterrizaje. Barajas ya no es un distrito periférico. La ampliación de la ciudad aeroportuaria entre las tres administraciones ha solventado los problemas de saturación que podrían haber convertido el aeropuerto en una "realidad insoportable" en 1992, como determinó en 1989 un estudio de la empresa municipal Promadrid.

Barajas 2000 se toca, casi, con otra ciudad, la olímpica, construida sobre el estadio de Canillejas. La Peineta fue el motor de un sueño. Todo tipo de instalaciones deportivas -desde campos de golf hasta laderas para el esquí artificial- surgieron para preparar Madrid para unos hipotéticos juegos olímpicos.

Cerca de Barajas y también de La Peineta, por las mismas M-40 y M-50 ya en servicio, se llega a Valdebernardo. Más de 15.000 personas habitan este moderno barrio concebido por la Comunidad para gloria de la cooperativa ugetista PSV. Más abajo, en Madrid Sur, un barrio de Vallecas, discutieron todos estos proyectos los diputados regionales en la nueve sede de la Asamblea.

La gran puerta de entrada a la ciudad por el norte, la estación de Chamartín, en otro tiempo escondida y sin fachada, ha sido redibujada por el urbanista Ricardo Bofill. Grandes losas de acero taparon sus vías y sobre las mismas aparecieron calles, jardines y bloques en sus márgenes.

Junto a la estación de Atocha, en pleno distrito de la Arganzuela, el presidente regional Joaquín Leguina selló popularmente su nombre a la historia de un gran centro cultural multiusos: el Leguidú.

También Renfe, pero con el sostén de la Comunidad, construyó la demandada línea de cercanías para los 150.000 vecinos de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes.

La región, además, multiplicó sus parques regionales a cinco y convirtió el monte de El Pardo en parque nacional.