El bipartídismo cae ante la oferta ética del líder del Frepaso

Primero pensó en tomar los hábitos, pero fue más fuerte la vocación política y ahora sube en la consideración de los argentinos con una propuesta fundamentada en la defensa de la decencia, la moral pública y la ética en el ejercicio del gobierno. No poco, cuando es tan alto el déficit oficial en virtudes de esta índole. Con más posibilidades que ningún otro candidato de la oposición y sin apenas estructura partidista, el senador José Octavio Bordón disputaba ayer la presidencia a Carlos Menem.

"Limpieza institucional y estabilidad", prometió el líder del Frepaso (Frente del País Solidar...

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Primero pensó en tomar los hábitos, pero fue más fuerte la vocación política y ahora sube en la consideración de los argentinos con una propuesta fundamentada en la defensa de la decencia, la moral pública y la ética en el ejercicio del gobierno. No poco, cuando es tan alto el déficit oficial en virtudes de esta índole. Con más posibilidades que ningún otro candidato de la oposición y sin apenas estructura partidista, el senador José Octavio Bordón disputaba ayer la presidencia a Carlos Menem.

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"Limpieza institucional y estabilidad", prometió el líder del Frepaso (Frente del País Solidario), coalición que ayer llevaba camino de imponerse como segunda fuerza política después de más de medio. siglo de alternancia entre radicales y peronistas.Bordón, de 49 años, guitarrista en un grupo musical cuando estudiante y en paro durante el golpe militar de 1976 al perder su trabajo como profesor universitario, subía impulsado por las carencias e injusticias del justicialismo.

El paro, la marginalidad la creciente recesión, el lamentable deterioro del sistema sanitario, la penuria de maestros y jubilados, beneficiaron al ex gobernador de Mendoza, centrista, sociólogo, hombre de fe. "Pero de una manera muy especial. Salvo el Padre Nuestro o leer una oración de San Francisco de Asís que tengo bajo el vidrio de mi escritorio, trato de conversar con Dios. Jamás se me ocurría pedirle que me haga ganar una elección porque me parecería una visión errónea de la fe".

José Octavio Bordón no olvidé en campaña la primera preocupación de la mayoría: mismos precios y mismos valor del peso por la mañana y por la tarde.

El grueso de los argentinos supo del senador porque, rechazó un ministerio con Menem y desbancó a Carlos Chacho Álvarez en las elecciones internas por la cabeza en la candidatura a la presidencia.

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Los analistas encuentran en la principal revelación de los comícios, cuya honestidad no se discute, elementos distintos que explican su emergencia: personales, periodísticos,, políticos y principalmente de coyuntura.El Gobierno de Menem apostó por la destrucción de Álvarez en la pugna interna de la coalición y pocos niegan que se equivocó. Chacho, más a la izquierda que Bordón en una sociedad mayoritariamente conservadora, era más suceptible de perecer políticamente como rojo peligroso. El senador se infiltró después en la franja social que apoya la política económica de Menem, pero denuncia la corrupción y escasa sensibilidad social de la Administración.

Un buen chico

Juan Pablo Feinnman identificó en el diario bonoarense Página 12 a una parte de los votantes por la reelección del jefe de Estado. "Yo voto a Menem porque los yanquis lo quieren", citó el autor del artículo Miedos argentinos a uno de sus confidentes. "¿Qué piensa de Bordón? ¿Bordón? Buen chico. Pero usted vio la zurda que tiene atrás?". Le pregunto qué zurda. 'Para empezar Caputo, la socialdemocracia. [Dante Caputo fue ministro de Asuntos Exteriores con Alfonsín y ahora milita en el Frepasol. Y después, ese pendejo. El Chacho Álvarez. Usted cree que los yanquis nos van a prestar un mando [un duro] con vicepresidente así?".

Y después el llamado voto cuota. Más de dos millones de argentinos han contraído deudas en dólares. Para ellos es fundamental que se mantenga la paridad del peso con la moneda norteamericana. Ninguno de ellos quiere devaluación, ni sorpresas en préstamos personales o hipotecarios para comprar coches, pisos o batidoras, que suman 11.495 millones de dólares.

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