Los Rodríguez, máquina de directo

Y Los Rodriguez arrasaron en su presentación en Madrid. Se veía venir, a tenor del funcionamiento de sus discos y del suyo propio como máquina de directo. Así, precisamente, respondieron Andrés Calamaro, Ariel Roth, Julián Infante y Herman Vilella. Rotundos de energía, carisma, capacidad lírica y sonido rockero, el fantasma de Tequila ya puede descansar, en paz. Su espíritu tiene plena continuidad como algo vivo en los noventa. El cuarteto, junto al. bajista Dani Pato Zamora, encantó a una sala abarrotada de seguidores que coreaban absolutamente todos los temas. ...

Y Los Rodriguez arrasaron en su presentación en Madrid. Se veía venir, a tenor del funcionamiento de sus discos y del suyo propio como máquina de directo. Así, precisamente, respondieron Andrés Calamaro, Ariel Roth, Julián Infante y Herman Vilella. Rotundos de energía, carisma, capacidad lírica y sonido rockero, el fantasma de Tequila ya puede descansar, en paz. Su espíritu tiene plena continuidad como algo vivo en los noventa. El cuarteto, junto al. bajista Dani Pato Zamora, encantó a una sala abarrotada de seguidores que coreaban absolutamente todos los temas. Rock perdido, Dulce condena, Algunos hombres buenos, Aquí no podemos hacerlo o Salud, dinero y amor se han convertido, por mérito de ser excelentes, composiciones y por cómo suenan, en himnos para el público español, y, merced a la Bairesconnection, también para el latinoamericano. Los Rodris hacen verdadero el rock con raíz hispana y, de paso, historia viva de la música popular española de este siglo. Y, si no, al tiempo.Claro, que tampoco estuvieron mancos los granadinos 091. Coronaron 13 años y seis álbumes repletos de personalidad y buenas canciones con un apoteósico concierto en Madrid, en el que se colocó el no hay billetes que avisa de cuando hay artistas y talento en acción.

Ésa fe en el power pop con letras trabajadas ha dado lugar a extraordinarias composiciones, como, por ejemplo, Qué fue del siglo XX, La vida qué mala es, Zapatos de piel de caimán o la cuasi-pegamoide Fuego en mi oficina.