Reportaje:

Un pez llamado fletán

Con unas capturas en el ultimo año en torno a las 45.000 toneladas, la pesquería del fletán negro ha supuesto aproximadamente el 5% de toda la pesca desembarcada en España, que asciende a algo más de 800.000 toneladas. El total de los desembarcos de productos del mar en España se sitúa por encima de 1,1 millones de toneladas, aunque una parte importante de esa cifra, más de 250.000 toneladas, corresponden solamente al mejillón.La pesquería del fletán ha supuesto en las últimas campañas trabajo para 36 grandes barcos congeladores que, a partir de 1990, tras la independencia de Namibia y la pérd...

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Con unas capturas en el ultimo año en torno a las 45.000 toneladas, la pesquería del fletán negro ha supuesto aproximadamente el 5% de toda la pesca desembarcada en España, que asciende a algo más de 800.000 toneladas. El total de los desembarcos de productos del mar en España se sitúa por encima de 1,1 millones de toneladas, aunque una parte importante de esa cifra, más de 250.000 toneladas, corresponden solamente al mejillón.La pesquería del fletán ha supuesto en las últimas campañas trabajo para 36 grandes barcos congeladores que, a partir de 1990, tras la independencia de Namibia y la pérdida de ese caladero, con apoyos de las Administraciones española y comunitaria así como con inversiones propias, se dedicaron a la búsqueda de nuevos caladeros para mantener su actividad. Ello ha significado el trabajo directo para más de mil personas embarcadas, que equivalen a otras más de 5.000 en tierra ocupadas especialmente en el sector de la industria de transformación.

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Un pescado caro

En términos económicos, sobre un valor de todas las capturas pesqueras de unos 300.000 millones de pesetas en primera venta en lonja, el fletán negro supone unas operaciones por valor de unos 14.000 millones de pesetas. El precio unitario por kilo del fletán es más alto que los precios medios de toda la pesca desembarcada. Otra nota característica del fletán es que, a diferencia de otros pescados que se venden directamente en fresco, se comercializa casi todo para la exportación, tras un proceso de manipulación y transformación que supone un mayor valor añadido en la zona, con una facturación superior a los 20.000 millones de pesetas. Esta circunstancia hace que las capturas o el bloqueo a la pesca del fletán no afecte al consumo interior.

En conjunto, para el sector extractivo y la propia industria de transformación española, el fletán negro constituye una especie relativamente nueva, cuyas ventas han estado enfocadas casi en exclusiva al mercado japonés. En la actual guerra por el fletán, por parte de las autoridades canadienses, no solamente está en juego el reparto de las capturas donde Canadá aspira a un mayor peso. España, a la vez de descubrir un caladero, también abrió un mercado de consumo importante en Japón, país que será tambien el destinatario futuro de las exportaciones canadienses. Además, es sintomático, según denuncian los armadores españoles, que Canadá se haya enfrentado solamente a España en la batalla del fletán y no haya torpedeado las faenas de pesca de un congelador japonés en la zona, país al que deberá vender el producto en el futuro.

Si se tiene en cuenta solamente el porcentaje de, su participación tanto en los volúmenes de capturas como en el valor de todas las ventas, el fletán no se puedé considerar, obviamente, como un pilar básico en el conjunto de los desembarcos de las grandes flotas congeladoras donde tienen un peso mucho más, importante otras especies como los cefalópodos o, sobre todo, la merluza. Sin embargo, en un momento de falta de caladeros y de escasas posibilidades para descubrir nuevas oportunidades de capturas con el uso de las actuales tecnologías, el fletán se había convertido en los últimos tres años en una salida para más de una treintena de barcos que, con ese caladero, habían evitado permanecer amarrados en puerto.

La reducción de capturas de fletán en el caladero NAFO va a suponer para esta parte de la flota congeladora, así como para la propia Administración, la necesidad de buscar nuevas salidas para esos barcos que se concentran en su totalidad en el puerto de Vigo. En una primera fase, es probable que algunos barcos deban permanecer parados.

Nuevos caladeros

A corto plazo, en base a las medidas comunitarias para la adecuación y ordenación de todas las flotas, parte de esos congeladores se podrán ubicar en otros caladeros con importantes ayudas comunitarias para los armadores, aunque en lugar de bajo bandera española, lo hagan como empresas mixtas o asociaciones temporales con otros países. La otra alternativa en la que trabaja también la Administración es la búsqueda de nuevos caladeros con nuevas tecnologías, aunque cada vez son menos los puntos por descubrir ricos en capturas como el fletán y con posibilidad de capturas en niveles rentables.

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