Tropas de Bagdad atacan la capital del Kurdistán iraquí

La operación militar de Turquía contra las bases de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Irak parece haber desatado la caja de los truenos. Más de 3.000 soldados del Ejército de Bagdad, apoyados por 30 carros de combate, avanzaron ayer hacia Erbil, la capital del territorio autónomo iraquí situado al norte del paralelo 36, según aseguró la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), de Jalal Talabani, que, junto al Partido Democrático del Kurdistán (PDK), de Massud Barzani, se independizó del régimen de Sadam Husein en 1991. Después de replegarse ant...

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La operación militar de Turquía contra las bases de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Irak parece haber desatado la caja de los truenos. Más de 3.000 soldados del Ejército de Bagdad, apoyados por 30 carros de combate, avanzaron ayer hacia Erbil, la capital del territorio autónomo iraquí situado al norte del paralelo 36, según aseguró la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), de Jalal Talabani, que, junto al Partido Democrático del Kurdistán (PDK), de Massud Barzani, se independizó del régimen de Sadam Husein en 1991. Después de replegarse ante el avance por el norte de las tropas de Ankara -en teoría, contra sus hermanos turcos-, los peshmergas (milicianos) iraquíes han tenido que rechazar con cohetes y misiles anticarro la ofensiva por sorpresa del Ejército iraquí contra Kani-Quirzala, una estratégica posición que controla la entrada a Arbil por el suroeste.Mientras los kurdos iraquíes expresaban su inquietud por la coincidencia de las ofensivas de Bagdad y Ankara, los guerrilleros del PKK también parecen cogidos entre dos fuegos. "No vamos a darles ninguna escapatoria a los rebeldes, ni en el norte de Irak ni en Turquía", adevertía ayer un oficial turco antes de informar que 50 guerrilleros kurdos habían sido abatidos en la región de Tuncelli, al sureste de Ankara. Fuentes militares turcas aseguran que la Operación Acero en el norte de Irak se ha saldado, desde el pasado 20 de marzo, con 269 bajas mortales en las filas del PKK.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calcula que unas 15.000 personas han abandonado sus casas en el área fronteriza turco-iraquí. Algunos de ellos, como el pastor kurdo Newos Hassan, se han atrevido a denunciar que los soldados turcos utilizan a la población civil como "detectores humanos de minas".

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