EL 'CASO GAL'

La Guardia Civil apenas investigó tras el hallazgo de los cadáveres de Lasa y Zabala en Alicante

La investigación realizada en su día por la Guardia Civil tras el hallazgo de los cadáveres de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, el 20 de enero de 1985, se centró en la bala y el cartucho encontrados, en la fosa de Alicante donde aquéllos fueron enterrados en cal viva. Sin embargo, las pesquisas realizadas para tratar de identificar a las víctimas, según fuentes de interior, fueron "bastante pobres". Se limitaron a la difusión de una nota informativa a todas las comandancias del cuerpo, sin hacer más gestiones sobre denuncias de personas desaparecidas. En medios policiales se baraja la ...

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La investigación realizada en su día por la Guardia Civil tras el hallazgo de los cadáveres de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, el 20 de enero de 1985, se centró en la bala y el cartucho encontrados, en la fosa de Alicante donde aquéllos fueron enterrados en cal viva. Sin embargo, las pesquisas realizadas para tratar de identificar a las víctimas, según fuentes de interior, fueron "bastante pobres". Se limitaron a la difusión de una nota informativa a todas las comandancias del cuerpo, sin hacer más gestiones sobre denuncias de personas desaparecidas. En medios policiales se baraja la hipótesis de que el arma usada en el doble crimen fuera una pistola incontrolada incautada por las fuerzas de, seguridad a un comando de ETA.

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La viceministra de Interior, Margarita Robles, ha nombrado una comisión de investigación que estará mandada a la par por el general de Información de la Guardia Civil Francisco de Fuentes y el comisario general de Policía Judicial, Enrique de Federico. El ministro Juan Alberto Belloch, que calificó de "espeluznantes", los asesinatos de Lasa y Zabala, aseguró que "no habrá excusa ni pretexto, cualesquiera que sean las consecuencias", para investigar el caso a fondo.El Ministerio de Justicia e Interior difundió ayer una nota en la que se refiere a "los evidentes datos horrorosos que confirman el secuestro, tortura y asesinato" de Lasa y Zabala. Añade que es "su más firme propósito colaborar con la Justicia para el total esclarecimiento de lo sucedido y la correspondiente puesta a disposición del poder judicial de los responsables de esta barbarie".

El equipo de investigación y atestados de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante fue, el que investigó el hallazgo de los cadáveres de dos personas, "al parecer adultas y posiblemente varones", en la fosa (le Foya de Coves, en el término municipal de Busot (Alicante). A unos tres metros del agujero se encontró un casquillo de bala, marca GECO, calibre 9 milímetros Parabellum.

Los agentes cribaron la tierra y la cal acumuladas en el agujero, y nueve días después localizaron una bala que pudiera corresponder al cartucho descubierto en la inspección ocular realizada inmediatamente después del hallazgo de los dos cadáveres. Este proyectil, el casquillo y restos de cabellos de las víctimas fueron enviados al Gabinete Central de Investigación y Criminalística de la Guardia Civil en Madrid.

El 15 de febrero de 1985, la Dirección General de la Guardia Civil difundió a todas las comandancias del cuerpo una nota informativa "para la posible identificación de los cadáveres". No hay constancia de que, al margen de esta difusión, se realizaran mayores gestiones en los archivos policiales para contrastar los datos de las víctimas con los existentes en las denuncias de personas desaparecidas.

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El Gabinete de Investigación y Criminalística estableció el 27 de mayo de 1985que el casquillo encontrado corresponde a un cartucho fabricado en Alemania Federal por la compañía Gustav Genschow. Según su dictamen, "las lesiones que presenta en su culote [una parte del proyectil] son semejantes a las que producen las pistolas Browning, modelo GP-35, fabricadas en Bélgica' por la Fábrica Nacional de Armas de Guerra u otras de características similares".

El citado gabinete asegura que el arma empleada en el doble asesinato estaba limpia", ya que "no existen antecedentes de hechos delictivos anteriores en los que se hayan recogido casquillos que pudieran haber sido disparados por la misma pistola" que percutió el cartucho hallado en la fosa. La Guardia Civil estableció el 8 de junio que el proyectil que se encontró en la tumba también podía haber sido disparado por una Browning modelo GP-35.

El 20 de junio de 1985, el Gabinete de Investigación y Criminalística deduce que los cabellos recogidos en las ropas de los cadáveres se corresponden con el tipo de una de las víctimas, "por lo que se piensa que tengan un origen común". También determinó que entre las. prendas de vestir había un pelo que "pertenece a un perro, probablemente de la raza pastor alemán". Un dato interesante que induce a pensar a fuentes de la investigación que Lasa y Zabala pudieran haber estado secuestrados antes de su muerte en una casa o chalé en la que había perros.

La Guardia Civil no volvió a realizar más investigaciones después de esa fecha, es decir, cinco meses después del hallazgo. O, al menos, no hay constancia oficial de que se efectuasen mayores pesquisas o que se requiriese la colaboración de la policía.Fuentes policiales informaron ayer que las Browning fueron una de las armas utilizadas por ETA en los años 80, mientras que no era la pistola reglamentaria en la Policía y la Guardia Civil. Los mismos medios señalan que una de las hipótesis que se manejan es que la Browning usada en el doble crimen pudiera proceder de un alijo decomisado a un comando etarra por las fuerzas de seguridad del Estado.

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