A solas con Lucy

"Te quedas con Lucy, pero llévala pronto a casa", le decían al paleontólogo español Juan Luis Arsuaga sus colegas estadounidenses y etíopes cuando sacaba de la caja fuerte del Museo Nacional de Addis Abeba el más famoso esqueleto de homínido. "Estuve un día y medio con Lucy. Le medí, sobre todo, la cadera porque uno de mis temas de investigación es la locomoción, desde los chimpancés hasta el hombre moderno", dice Arsuaga.Habla de la importancia de estudiar fósiles auténticos en vez de moldes, por buenos que sean, y más en el caso de Lucy, que tiene los huesos de la cadera fracturados y muy de...

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"Te quedas con Lucy, pero llévala pronto a casa", le decían al paleontólogo español Juan Luis Arsuaga sus colegas estadounidenses y etíopes cuando sacaba de la caja fuerte del Museo Nacional de Addis Abeba el más famoso esqueleto de homínido. "Estuve un día y medio con Lucy. Le medí, sobre todo, la cadera porque uno de mis temas de investigación es la locomoción, desde los chimpancés hasta el hombre moderno", dice Arsuaga.Habla de la importancia de estudiar fósiles auténticos en vez de moldes, por buenos que sean, y más en el caso de Lucy, que tiene los huesos de la cadera fracturados y muy deformados en la fosilización, pero no oculta la emoción de tener a esta pequeña Australopitecus afarensis en sus manos. Al fin y al cabo, es el primer paleontólogo español que ha tenido tal oportunidad. "La pobre Lucy, desde luego, era bípeda completa, no andaba por los árboles, aunque tenía las piernas cortas, como si en la evolución, después, se hubiese producido un alargamiento de la zancada", dice.

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Lucy fue descubierta por Donald Johanson en Afar, en 1974, y tras unos años en EE UU para ser estudiada, regresó a Etiopía definitivamente. Son 52 huesos (el hombre moderno tiene 206) de un homínido del sexo femenino que vivió en África hace 3,4 millones de años y que han permitido reconstruir prácticamente todo su esqueleto, de poco más de un metro de altura y cerebro pequeño.

"Está colocada en dos cajones de la caja de seguridad en que se guardan los fósiles más importantes hallados en Etiopía, como los de Ramidus", dice Arsuaga. En el museo hay también un buen laboratorio de paleontología, montado con la ayuda de la fundación estadounidense Getty, donde los científicos pueden estudiar los hallazgos.

Son tanto investigadores extranjeros como, cada vez más, especialistas locales. "Los etíopes no sólo tienen la custodia de las piezas, White tiene muy clara la importancia de ayudar al desarrollo de la ciencia en África: las expediciones son conjuntas y varios estudiantes de Etiopía y Tanzania están en su departamento de la Universidad de Berkeley", dice Arsuaga.

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