La emoción de buscar fósiles en un desierto

La corteza terrestre se está separando, con la lentitud de los procesos geológicos, a lo largo de la fractura africana del valle del Rift. Y al abrirse la tierra aflorán los sedimentos del pasado con restos fosilizados de la fauna y la flora africana de hace millones de años. Por eso están allí, a lo largo del Rift, desde Etiopía hasta Tanzania, los yacimientos con las huellas remotas de la evolución humana.En el extremo norte de esa fractura geológica está el territorio de Afár, un páramo pedregoso salpicado con algunas acacias, escasa vegetación y cauces secos de ríos, donde viven los afár, ...

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La corteza terrestre se está separando, con la lentitud de los procesos geológicos, a lo largo de la fractura africana del valle del Rift. Y al abrirse la tierra aflorán los sedimentos del pasado con restos fosilizados de la fauna y la flora africana de hace millones de años. Por eso están allí, a lo largo del Rift, desde Etiopía hasta Tanzania, los yacimientos con las huellas remotas de la evolución humana.En el extremo norte de esa fractura geológica está el territorio de Afár, un páramo pedregoso salpicado con algunas acacias, escasa vegetación y cauces secos de ríos, donde viven los afár, un pueblo dedicado al pastoreo de camellos y cabras. "Tim White hizo, en 1991, una prospección por el territorio del cauce medio del río Awash, en Afar, y descubrió el complejo central, con un estrato volcánico de hace 4,4 millones de años, aunque en una geología fracturada y muy complicada. Decidió buscar allí", explica el paleontólogo español Juan Luis Arsuaga. En 1992, White descubrió los primeros 17 fragmentos de A. Ramidus.

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El conocía Afar, ya que había participado en las expediciones de Donald Johanson, en la cuenca baja del Awash, donde apareció Lucy en 1974, el famoso esqueleto de Australopitecus afarensis de hacede 3,4 millones de años, y donde sigue encontrando piezas importantes.

Campamento temporal

Cada invierno, desde 1992, la expedición internacional dirigida por White establece un campamento temporal en el cauce seco del río Aramis y rastrea el terreno del medio Awash. Una docena de exploradores (seis etíopes, cinco estadounidenses y Arsuaga) han participado en la última campaña, desde diciembre hasta enero. El calor y la ausencia de comodidades en un lugar desolado (a un día de viaje en todoterreno, sin caminos, del pueblo más cercano) no restan entusiasmo a la búsqueda de huesos convertidos en piedra. Esqueletos enteros fosilizados de hienas, hipopótamos y cocodrilos afloran en el suelo para los ojos bien entrenados de los especialistas; de vez en cuando aparece un gran trofeo: huesos de homínidos.

A diferencia de los yacimientos de cueva, corrientes en Europa, donde los paleontólogos permanecen horas excavando centímetro a centímetro para encontrar fósiles, en el valle del Rift la búsqueda consiste en caminar durante horas prestando mucha atención a cualquier pieza que asome en la tierra, y sólo si aparece algo realmente interesante se emprende en el lugar una excavación minuciosa y sistemática.

White visitó en 1994 las excavaciones que codirige Arsuaga en Atapuerca, Burgos, con restos humanos de hace hasta 500.000 años y la más completa colección de huesos de pleistoceno medio. "White dice que Atapuerca es el mejor yacimiento del mundo después del de Medio Awash. Yo le digo que el de Medio Awash es el mejor después del de Atapuerca", comenta Arsuaga.

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