Espectáculo festivo

En otros aspectos, tal vez no. Pero, en lo que a espectáculo festivo se refiere, algunos grupos nacionales están en condiciones de darles un potente repaso a sus colegas foráneos. Sin ir más lejos, el penúltimo sonido americano, Hootie & The Blowfish, se presentaba esta semana en una sala madrileña para demostrar que la llama del monumento a los héroes supervivientes de los sesenta sigue encendida. Este cuarteto de Carolina del Sur. tiene en la voz rasposa y espiritual de Darius Rucker, el principal atractivo. Sonido acústico-eléctrico, intención cálida y una guitarra que da el punto ác...

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En otros aspectos, tal vez no. Pero, en lo que a espectáculo festivo se refiere, algunos grupos nacionales están en condiciones de darles un potente repaso a sus colegas foráneos. Sin ir más lejos, el penúltimo sonido americano, Hootie & The Blowfish, se presentaba esta semana en una sala madrileña para demostrar que la llama del monumento a los héroes supervivientes de los sesenta sigue encendida. Este cuarteto de Carolina del Sur. tiene en la voz rasposa y espiritual de Darius Rucker, el principal atractivo. Sonido acústico-eléctrico, intención cálida y una guitarra que da el punto ácido convierten a este grupo en agradable a nivel convencional. Qué lástima que verlos en directo sea como ver crecer una planta.Ése es, precisamente, el problema que no tiene el trío de moda. Dr. Explosion, asturianos y dinamiteros, ofrecieron el concierto más divertido, enérgico y desparramado de cuantos hemos tenido la ocasión de contemplar en meses. Vestidos de colegialas con barba de dos días, la banda presentó en directo las ráfagas de rock gamberro que pueblan su último disco, El loco mundo de los jóvenes, y el resultado fue una fiesta de las de traca. El arsenal del trío estaba compuesto de puros riffs de alta concentración eléctrica y sabor a los primeros Who o Kinks. La sola existencia de grupos como Dr. Explosion muestra a las claras que el prototipo de rocker español de mediados de los noventa. tiene más que ver con el espíritu festivo de John Belushi, que con el de Kurt Cobain.

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