Cartas al director

El Cuarto Mundo

Se acabó la Navidad. Todo el mundo estuvo lleno de buenas intenciones. Un día, nuestro grupo de amigos propuso crear un fondo de ayuda para las personas de este pueblo que tanto necesitan el dinero que nosotros alegremente derrochamos: ¡jamás pensamos lo difícil que esto sería! Desde luego, ninguno de nosotros emprendimos esta acción impulsivamente o porque estuviésemos afectados por la manipulación (caridad navideña). Tampoco pretendíamos donarlo a Cáritas, porque queríamos que nuestra acción fuera directa y no con ánimo de tranquilizar nuestras conciencias. Simplemente, deseábamos...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Se acabó la Navidad. Todo el mundo estuvo lleno de buenas intenciones. Un día, nuestro grupo de amigos propuso crear un fondo de ayuda para las personas de este pueblo que tanto necesitan el dinero que nosotros alegremente derrochamos: ¡jamás pensamos lo difícil que esto sería! Desde luego, ninguno de nosotros emprendimos esta acción impulsivamente o porque estuviésemos afectados por la manipulación (caridad navideña). Tampoco pretendíamos donarlo a Cáritas, porque queríamos que nuestra acción fuera directa y no con ánimo de tranquilizar nuestras conciencias. Simplemente, deseábamos trabajárnoslo, llegar a ese Cuarto Mundo tan cercano y que nos ha resultado más lejano que la misma Ruanda por las pocas facilidades que dan los responsables. Incluimos aquí: Ayuntamiento, Área de Servicios Sociales y comunidad religiosa. Sin embargo, no desistimos, y aunque esta primera decisión no haya ido a parar donde realmente deseábamos y la hayamos destinado a una organización no gubernamental como es Médicos sin Fronteras, estamos orgullosos de nuestra acción, y que mantenemos el ánimo para volver a intentarlo.- y 11 firmas más.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En