Barcelona ensaya una fórmula que evita el peregrinaje de enfermos por las consultas

La total desconexión entre el médico de cabecera, el especialista de ambulatorio y el hospital hace que muchos enfermos deambulen durante meses por diferentes consultas, tengan que repetir una y otra vez la misma historia a diferentes interlocutores y se sometan finalmente a las mismas pruebas analíticas varias veces.Además de retrasar el diagnóstico, este sistema marea al usuario y constituye un despilfarro de recursos humanos y técnicos imperdonable en tiempos de restricciones como el que vive la sanidad. Una experiencia piloto en la que participan los 17.000 ciudadanos de la Barceloneta, el...

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La total desconexión entre el médico de cabecera, el especialista de ambulatorio y el hospital hace que muchos enfermos deambulen durante meses por diferentes consultas, tengan que repetir una y otra vez la misma historia a diferentes interlocutores y se sometan finalmente a las mismas pruebas analíticas varias veces.Además de retrasar el diagnóstico, este sistema marea al usuario y constituye un despilfarro de recursos humanos y técnicos imperdonable en tiempos de restricciones como el que vive la sanidad. Una experiencia piloto en la que participan los 17.000 ciudadanos de la Barceloneta, el barrio marítimo de Barcelona, ha demostrado que es posible articular un sistema que acorte: el vía crucis del paciente, acelere el diagnóstico y evite duplicidades estériles.

En este sistema, el médico de cabecera sigue al enfermo al hospital si es necesario, pero el cambio más importante es que el especialista del hospital pasa consulta con el médico de cabecera al menos una vez a la semana en el propio centro de asistencia primaria. El médico de cabecera y el especialista manejan la misma historia clínica y realizan sesiones clínicas semanales para planificar los objetivos sanitarios del sector. Toda una nueva filosofía en la que el médico ya no constituye el centro del proceso asistencial alrededor del cual gira el paciente, sino al revés: el centro es el paciente y el que se desplaza es el médico.

En un sistema medicocentrista como el vigente, el médico se instala en los diferentes niveles asistenciales -primaria, especializada, hospitalaria- y el paciente es quien deambula por ellos en busca de un diagnóstico y un tratamiento que muchas veces tarda meses en llegar. Con el agravante de que, como tampoco hay comunicación horizontal, un paciente con patologías en varios órganos -algo cada vez más frecuente en la población anciana- puede multiplicar su desdichado peregrinaje por dos o por tres; es decir, por tantos como especialistas distintos tenga que consultar.

"En nuestro sistema, el médico de cabecera es el cliente del hospital". Con esta frase pretende resumir Francesc Ramos, director del planificación del Instituto Municipal de Asistencia Sanitaria, dependiente del Ayuntamiento de Barcelona, el cambio filosófico que implica el modelo ensayado, en el que participan un nuevo centro de asistencia primaria -el CAP de la Barceloneta- y su hospital de referencia -el municipal del Mar- Para empezar, el, centro de asistencia primaria es ya atípico. No es un centro gestionado por la Seguridad Social, sino una sociedad anónima, la primera a la que se encomienda en Barcelona la gestión de un servicio de asistencia primaria.

Sociedad de médicos

"Es una sociedad que constituimos hace unos años seis médicos. Obtuvimos la gestión del CAP en un concurso público convocado por el Consorcio Sanitario de Barcelona, dentro del programa del Departamento de Sanidad de abrir a la competencia la provisión de algunos servicios sanitarios", explica Juanjo Avedaño, director del CAP.

Compitieron y ganaron el concurso. El CAP se situó, en mayo de 1993, en una de las nuevas alas del hospital del Mar mediante una cesión de uso por parte de este centro. "Tenemos ya experiencia suficiente para sacar algunas conclusiones", indica Francesc Ramos. "Por ejemplo, que la apertura del CAP ha disminuido las urgencias hospitalarias procedentes de la Barceloneta, y también las primeras visitas en las consultas externas del hospital, signos inequívocos de que el nuevo modelo es más eficiente que el tradicional. El seguimiento de 600 historias clínicas ha demostrado que se ha reducido a niveles simbólicos la duplicidad de pruebas analíticas, que antes era habitual".

Un modelo exportable a toda Ciutat Vella

El CAP Barceloneta tiene un presupuesto anual asignado por el Servicio Catalán de la Salud de 185 millones de pesetas, y con ellos debe atender a sus 17.000 beneficiarios y cumplir los objetivos marcados por el plan de salud. elaborado por el Departamento de Sanidad.Trabajan en el centro 16 médicos, 5 enfermeras, 2 auxiliares y 5 empleados de acogida. El centro está obligado a seguir determinados controles de calidad. Por ejemplo, el análisis de las historias clínicas de 100 diabéticos para comprobar cuántos de ellos tienen el fondo del ojo controlado, porque esta prueba indica el buen o mal seguimiento de esta enfermedad que provoca como secuela lesiones oculares que pueden conducir a la ceguera.

El IMAS pretende que este mismo modelo se amplíe a los otro cuatro centros de primaria que hay en el distrito de Ciutat Vella y Sant Martí, cuyos 250.000 habitantes tienen como centro de referencia al hospital del Mar.

"De momento ya hemos iniciado la colaboración con los cuatro CAP de Ciutat Vella", señala Roser Maluquer, gerente del hospital del Mar. Los cuatro son centros ya reformados dependientes del Instituto Catalán de la Salud, lo cual no es óbice para que puedan funcionar según el modelo de la Barceloneta.

"De hecho, algunos especialistas del hospital -cardiólogos, reumatólogos y cirujanos- ya pasan consulta en estos centros", añade Sofía Ferré, coordinadora del programa de asistencia primaria del Mar. "Hay una lista de 700 enfermos que precisan pequena cirugia ambulatoria, que serán operados en los centros de asistencia primaria".

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