Crítica:

La expresividad de Wolfgang Rhim

La undécima edición del Festival de Canarias echó a andar en Tenerife y Las Palmas después de las fiestas navideñas; por el escenario del teatro Pérez Galdós han desfilado las orquestas de Tenerife, Gran Canaria y Cincinnati, dirigidas, respectivamente, por Víctor Pablo, Leaper y López Cobos, en tanto la gran pianista María Joâo Pires hizo tríos con Dumay y Wang.En Las Palmas se celebró el e3treno mundial de la obra encargada por el festival al alemán Wolfgang Rhim (Karlsruhe, 1952), uno de los protagonistas de su generación, tan presente y actuante en los grandes centros musicales como ausent...

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La undécima edición del Festival de Canarias echó a andar en Tenerife y Las Palmas después de las fiestas navideñas; por el escenario del teatro Pérez Galdós han desfilado las orquestas de Tenerife, Gran Canaria y Cincinnati, dirigidas, respectivamente, por Víctor Pablo, Leaper y López Cobos, en tanto la gran pianista María Joâo Pires hizo tríos con Dumay y Wang.En Las Palmas se celebró el e3treno mundial de la obra encargada por el festival al alemán Wolfgang Rhim (Karlsruhe, 1952), uno de los protagonistas de su generación, tan presente y actuante en los grandes centros musicales como ausente de los nuestros, si se exceptúa alguna audición en series especializadas. Rhim es autor ya de una larga producción -incluidas sus óperas Jacob Lenz y La máquina de Hamlet- que supone una contribución válida a su nueva manera de pensar la música.

Muestra de ella es Ins Offene II, basada en otra partitura del mismo título de 1990. Desde una gran maestría, Wolfgang Rhim representa la actitud de muchos de sus colegas dispuestos a devolver a la música su valor de comunicación sin renunciar, por ello, a signo alguno de modernidad. Acaso la diferencia sustancial resida en el olvido de. lo experimental y en la recuperación, desde una óptica propia, de lo expresivo. La "sabiduría de la aventura" que nos recuerda García Alcalde en su excelente comentario constituye algo muy distinto del ensayo y el experimento, y para empezar parte de una conciencia: la creación en libertad; y de una necesidad: la realización perfecta en la que nada es gratuito ni conformista desde la tímbrica convertida en hecho sustancial y estructural a un preciosismo jerarquizado que rehúye la mera sensación.

La obra escrita para una formación a tres, con importante sección de percusiones tratadas, como es habitual en Rhim, con medida inteligencia, se abre al espacialismo o la pluridimensionalidad por la situación de diversos grupos fuera de la escena, a los lados y detrás del público, procedimiento que no pretende sorprender, pues no es de ayer, sino servir con honestidad artística al propósito expresivo del compositor. A modo de una natural e inevitable consecuencia, de la ideología y los procedimientos, se deriva la forma flexible, sin compromiso con el pasado, pero evidentemente objetiva.

Hay en Ins Offene II belleza y abstracción que el público que llenaba el Pérez Galdós siguió con interés y recibió consciente de que le hablaba un maestro.

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