Crítica:

Arte en "Borís Godunov"

Cielo Orquestas del Mundo

Orquesta y Coro de la Ópera de Kiev. Director del coro: Lev Venediktov.

Director: VIadímir Koschuhar.

Organizado por Ibermúsica/ Fundación Caja de Madrid. Selecciones de Borís Godunov, de Mussorgski, sobre Pushkin, y El príncipe Igor, de Borodin, sobre Stasov. Solistas: Valentín Pivovator, bajo; Ludmila Yurchenko, mezzo; Alexandr Vostriakov y Alexandr Diachenko, tenores; Roman Majboroda, barítono. Auditorio Nacional, Madrid, 17 de enero.

Cambió Ibermúsica la ópera del Bolshói por la de Kiev, con lo que mantuvo la...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Cielo Orquestas del Mundo

Orquesta y Coro de la Ópera de Kiev. Director del coro: Lev Venediktov.

Director: VIadímir Koschuhar.

Organizado por Ibermúsica/ Fundación Caja de Madrid. Selecciones de Borís Godunov, de Mussorgski, sobre Pushkin, y El príncipe Igor, de Borodin, sobre Stasov. Solistas: Valentín Pivovator, bajo; Ludmila Yurchenko, mezzo; Alexandr Vostriakov y Alexandr Diachenko, tenores; Roman Majboroda, barítono. Auditorio Nacional, Madrid, 17 de enero.

Cambió Ibermúsica la ópera del Bolshói por la de Kiev, con lo que mantuvo la intención de una programación rusa, aunque muy distinta a la anunciada por los moscovitas, pues escuchamos selecciones de Borís Godunov y El príncipe Igor. La ópera de Mussorgski revolucionó los conceptos ideológicos y los procedimientos anteriores a partir de una genialidad fuera de serie, capaz incluso de resistir los arreglos academicistas de Rimski Korsakov. Se trataba "de rechazar las convenciones artísticas y sociales, de apearse de las alturas olímpicas para servir a la humanidad, de perseguir la verdad antes que la belleza (aunque ésta se nos dé por añadidura), de tender la mano a las masas liberadas, de ir hacia el pueblo".Entonces el arte genuino de Mussorgski (el más genuino de Rusia para Stravinski, que encuentra en Chalkovski el de mayor maestría) produjo tal efecto que vino a conmocionar la música y a los músicos desde el trata, miento de la palabra hasta la imponente presencia del pueblo en las grandes escenas corales, pasando por soluciones instrumentales de auténtica osadía. Debussy abre bien los oídos al mensaje mussorgskiatio,, y ManueI de Falla, en 1908, se las arregla para asistir en París a todas las representaciones de la obra protagonizadas por Chaliapin. Tras cada una de ellas, el entusiasmo de nuestro músico crece.

Las huestes de Kiev -orquesta con excelentes cuerdas, coro seguro y un poco agrio y maestro que conoce bien la asignatura como es VIadímir Koschuhar- ofrecieron el prólogo, la escena de la coronación, el dúo de Marina y Dimitri, el cuadro de Kromy y la muerte de Borís. Fue precisamente el intérprete de esta parte, el bajo Pivovarov, el más brillante de un reparto de buen nivel, tres de cuyos componentes cantaron luego fragmentos de El príncipe Igor, de Borodin, con intervención notable de Rimski y Glazunov. Al lado del realismo tremendo de Borís, El príncipe queda en niveles inferiores, aunque siempre causan un gran efecto las danzas polovsianas, tan aplaudidas en esta ocasión por el público, pero desde una sensación mucho más exterior que la conmoción producida siempre por la ópera de Mussorgski.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En