MÉXICO

Oficio y valor de Óscar Higares

Los toros de Piedras Negras, después de 12 años de no lidiarse en este coso, tuvieron un retorno fue decepcionante. Sólo los ejemplares primero y último, con recorrido, permitieron a Óscar Higares exhibir oficio y valor.David Silveti saludó al segundo con verticalidad y desmayando los brazos en aterciopelados lances. El astado llegó aplomado a la muleta pero a base de insistirle en la perpendicular del morrillo logró sacarle series con tersura y señorío. Falló con el acero provocando la inconformidad entre el respetable.

Al cuarto, Silveti le instrumentó verónicas cargando la suerte. To...

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Los toros de Piedras Negras, después de 12 años de no lidiarse en este coso, tuvieron un retorno fue decepcionante. Sólo los ejemplares primero y último, con recorrido, permitieron a Óscar Higares exhibir oficio y valor.David Silveti saludó al segundo con verticalidad y desmayando los brazos en aterciopelados lances. El astado llegó aplomado a la muleta pero a base de insistirle en la perpendicular del morrillo logró sacarle series con tersura y señorío. Falló con el acero provocando la inconformidad entre el respetable.

Al cuarto, Silveti le instrumentó verónicas cargando la suerte. Todo apuntaba para una gran faena pero el burel hizo su recorrido con la cabeza alta, punteando, lo cual dificultó la labor del torero.

Piedras Negras / Silveti, Armillita, Higares

Toros de Piedras Negras, de presentación y estilo desigual, muy débiles.David Silveti: abucheos y pitos. Armillita: abucheos y pitos. Óscar Higares, que confirmó la alternativa: ovación y salida altercio; oreja sin apenas petición. Monumental Plaza México, 15 de enero. Casi lleno

En la faena de Armillita al tercero sólo hubo una tanda por el derecho en la que corrió la mano con torerismo. El animal topaba y levantaba la cabeza, por lo que abrevió. En el quinto, que tiraba derrotes, puso voluntad pero no logró someterlo.

Aprovechando la alegría del de su confirmación, Óscar Higares lo recibió con armoniosos lances. Luego llevó embebido al bovino en la bayeta ejecutó series de acoplados naturales y derechazos.

Al anovillado y alegre sexto lo recibió con dos largas cambiadas. Tras una tanda de excelentes verónicas, girando cadenciosamente al compás de las dianas, colocó al burel en el caballo con arriesgadas. tapatías. El último tercio lo empezó con ayudados ajustándose al ritmo de la embestida. Estructuró una faena a base de entrega. Aunque por la derecha abusó del pico, por la izquierda toreó con la panza del engaño. Realizó la suerte suprema con limpieza y dejó la toledana hasta las cintas. Se le concedió una oreja que no había pedido ni la quinta parte de la concurrencia. ¿Sería por la estocada?

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