"Quien no quiera perder, que no se meta en cine"

"Los productores que quieren hacer cine sin riesgo no hacen cine, hacen otra cosa", comenta Matas, que apoya claramente la última política del Ministerio de Cultura de subvencionar a los debutantes y en función de la recaudación de taquilla. Antes, un productor astuto, que supiera ha cer pasillos, podía rodar una película sin miedo a perder dinero porque todo el gasto estaba subvencionado. "Esto explica la existencia de películas españolas que nunca se han estrenado, y si una película no la ve el público, esta película no existe". "En todo el mundo, el cine es un negocio, de alto ries...

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"Los productores que quieren hacer cine sin riesgo no hacen cine, hacen otra cosa", comenta Matas, que apoya claramente la última política del Ministerio de Cultura de subvencionar a los debutantes y en función de la recaudación de taquilla. Antes, un productor astuto, que supiera ha cer pasillos, podía rodar una película sin miedo a perder dinero porque todo el gasto estaba subvencionado. "Esto explica la existencia de películas españolas que nunca se han estrenado, y si una película no la ve el público, esta película no existe". "En todo el mundo, el cine es un negocio, de alto riesgo, y un productor debe entenderlo. Es como si pretendiera meterse en una timba de póquer sin aceptar el riesgo de perder. Mejor que no se meta". Y siempre hay riesgo porque no hay recetas para él éxito. "Chaplin decía que el cine se rige por uñas leyes claras y precisas que nadie conoce".

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Por desgracia, el cine español ha tenido pocos dé esos productores que quieren hacer industria, pequeñita, pero industria al fin. Matas es uno de ellos. "El productor es el responsable del éxito o del fracaso porque es él quien escoge las piezas básicas del equipo y, por tanto, es el único que se equivoca. Es muy importante tener un guión antes de empezar. Sólo los genios pueden hacer una gran película sin tenerlo y en España ha habido muchas desgracias por no dar importancia al guión. Y también es muy importante que productor, guionista y director quieran hacer la misma película", explica. Cierra. esta reflexión con una fórmula bien aprendida: "Se puede hacer una mala película con un buen guión, pero nunca una buena película con un mal guión".

Cuando empezó, con Plácido, en 1961, apenas se hablaba de la televisión ni de las minisalas. "Ahora, en Estados Unidos el 60% de la recaudación de una película procede del circuito audiovisual. En España apenas si llega al 30%", comenta tras recordársele la profecía del malogrado José Luis Guarner: llegará un día en que las películas se estrenarán en los cines como preview del zoco audiovisual, para llegar con cierto nombre al mercado de la televisión y él vídeo. "Gracias a las minisalas se apura más la explotación de cualquier título". Matas cuenta que los grandes cines necesitan. una recaudación mínima de dos millones de pesetas a la semana para aguantar un filme. Las salas pequeñas, en cambio, con 300.000 pesetas a la semana, pueden mantener un estreno. De esta manera, la película sobrevive más tiempo en las carteleras. "De todas maneras, el público está regresando a los cines". Y es este horizonte el que anima a Alfredo Matas a continuar jugándosela.

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