Editorial:

Regreso al Gran Sol

ESPAÑA ES la gran potencia pesquera de la Unión Europea, y de la misma forma que nuestro país; recibe las ayudas de los fondos de cohesión para superar determinados atrasos estructurales, debe hacer concesiones en el terna de la pesca, adaptar la actuación de su flota a las posibilidades y al disfrute conjunto con los otros miembros de la Comunidad de los caladeros europeos.En este sentido, el acuerdo suscrito esta semana en Bruselas por el que España accede al régimen general de pesca de la UE es positivo porque regula claramente el derecho de nuestros barcos a faenar en esos bancos, aunque s...

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ESPAÑA ES la gran potencia pesquera de la Unión Europea, y de la misma forma que nuestro país; recibe las ayudas de los fondos de cohesión para superar determinados atrasos estructurales, debe hacer concesiones en el terna de la pesca, adaptar la actuación de su flota a las posibilidades y al disfrute conjunto con los otros miembros de la Comunidad de los caladeros europeos.En este sentido, el acuerdo suscrito esta semana en Bruselas por el que España accede al régimen general de pesca de la UE es positivo porque regula claramente el derecho de nuestros barcos a faenar en esos bancos, aunque sea cierto que no ha podido lograrse sin tener que moderar las posiciones iniciales de la pesca española.

En la práctica, el acceso a ese régimen general faculta a la flota española a trabajar en los bancos irlandeses, con dos excepciones menores, en el mar de Irlanda y en el canal de Bristol, que no son especialmente ricos, al tiempo que, en compensación, sí se logra el acceso a otras zonas de mayor interés. Todo ello significa que los pesqueros españoles vuelven al Gran Sol tras 17 años de ausencia legal, que datan de la extensión a 200 millas de las aguas territoriales de determinados países comunitarios. Un sol que no tiene nada que ver con el astro rey, sino con la pronunciación de nuestros pescadores de sole, la palabra inglesa por lenguado, y que suscitó hace algo más de 30 años una gran novela del vasco Ignacio Aldecoa así titulada -Gran Sol-. Es, pues, éste un regreso de algún abolengo.

Inevitablemente, las agrupaciones de pescadores españoles no van a lanzar las campanas al vuelo, sino que van a aceptar, a lo sumo con prudente resignación, lo que es un resultado estimable, pero nunca óptimo. La pretensión española de obtener autorización para que faenasen en la zona unas 70 embarcaciones ha tenido que reducirse a 40, pero también hay que tener en cuenta que esa cifra es, grosso modo, el equivalente de la totalidad de la flota pesquera irlandesa. E, históricamente, ésas son sus aguas.

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De la misma forma, el Reino Unido, que trataba de negar el acceso a los caladeros más ricos a España, ha sufrido una modesta derrota en Bruselas al verse aislado y tener que recurrir a la abstención en la votación que favoreció a la posición española. La batalla librada en el debate por el ministro británico era más bien de cara a su opinión pública, y lo que importaba entonces era ceder habiendo combatido, mucho más que el resultado del forcejeo comunitario.

Los tiempos de la pesca indiscriminada, por razones no ya de interferencia en las aguas del prójimo, sino de ecología, han pasado a la historia. Las soberanías marítimas protegen, legítimamente, sus recursos naturales, y aunque no tengan una dedicación tan grande como España al consumo de productos marinos, tratan de negociar el acceso de las flotas foráneas a sus aguas obteniendo compensaciones, incluso, en otros sectores de la actividad económica.

Ésa es la realidad y a ella hay que acomodarse. El juego de compensaciones en cualquier actividad en la que nuestra libertad termina donde comienza la del prójimo se ha de aplicar permanentemente al trabajo conjunto de los países comunitarios. España pesca menos de lo que pudiera y querría en estas aguas, pero ésa es su cuota. Y lo más importante es que ahora haya quedado perfectamente definido qué es lo que le corresponde. También es positivo que nuestro país haya podido levantar sus objeciones a la inminente ampliación de la Unión Europea.

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