Neonazis amenazan de muerte a un editor austriaco
La editorial Wieser, en la ciudad austriaca de Klagenfurt, especializada en literatura del sureste europeo, recibió ayer por correo ordinario una nueva amenaza de muerte dirigida a su director, Lojze Wieser, en la que le anunciaba: "Vivirás sólo hasta fin de año". La misiva terrorista venía en un sobre idéntico al de la carta bomba enviada en octubre pasado y contenía el mismo tipo de texto defendiendo al mártir de los neonazis europeos, Gottfried Kussel, condenado recientemente en Austria a 11 años de prisión.
Los extremistas han enviado este año en Austria alrededor de 20 c...
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La editorial Wieser, en la ciudad austriaca de Klagenfurt, especializada en literatura del sureste europeo, recibió ayer por correo ordinario una nueva amenaza de muerte dirigida a su director, Lojze Wieser, en la que le anunciaba: "Vivirás sólo hasta fin de año". La misiva terrorista venía en un sobre idéntico al de la carta bomba enviada en octubre pasado y contenía el mismo tipo de texto defendiendo al mártir de los neonazis europeos, Gottfried Kussel, condenado recientemente en Austria a 11 años de prisión.
Los extremistas han enviado este año en Austria alrededor de 20 cartas bomba, de las que explotaron siete, dejando a varios heridos graves. En la lista de los condenados a muerte está Wieser, además de unas 20 personalidades que se solidarizan con extranjeros.
Wieser, que edita alrededor de 45 libros por año de poesía, ensayo y prosa, de autores de la ex Yugoslavia, Rumania y Albania, se quejó ayer de la reacción de las autoridades austriacas, que no han condenado públicamente el atentado terrorista contra la cultura. "Éste es un país donde ya nuestros abuelos metieron sus cabezas en la, arena para no ver los crímenes de los nacionalsocialistas", asegura Wieser. "Ahora sucede lo mismo, yo no he escuchado condenas de los intelectuales, ni del presidente de la República, el cardenal o el primer ministro". Sólo Václav Havel, presidente de la República Checa, y el director cultural del Consejo de Europa le enviaron telegramas animándolo a seguir publicando sus libros.