GUERRA EN LOS BALCANES

La OTAN suplirá a Estados Unidos en el control del embargo a Bosnia sin aumentar sus efectivos

Los países europeos de la OTAN "lamentaron" ayer, en una reunión extraordinaria del Consejo Atlántico, la decisión de Washington por la que Estados Unidos se retira de la vigilancia del embargo de armas a Bosnia, desvinculándose de una decisión que tomó en su tiempo el propio Consejo. El lamento llegaba al grado de "irritación" sobre todo de parte de Francia, seguida también de España y, en menor grado, del Reino Unido. Pero la retirada estadounidense apenas tendrá efectos prácticos, según aseguraron los militares de la OTAN a sus superiores civiles. Ni siquiera habrá que aumentar el número de...

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Los países europeos de la OTAN "lamentaron" ayer, en una reunión extraordinaria del Consejo Atlántico, la decisión de Washington por la que Estados Unidos se retira de la vigilancia del embargo de armas a Bosnia, desvinculándose de una decisión que tomó en su tiempo el propio Consejo. El lamento llegaba al grado de "irritación" sobre todo de parte de Francia, seguida también de España y, en menor grado, del Reino Unido. Pero la retirada estadounidense apenas tendrá efectos prácticos, según aseguraron los militares de la OTAN a sus superiores civiles. Ni siquiera habrá que aumentar el número de barcos europeos para reemplazar a los dos buques norteamericanos que abandonan la supervisión del embargo.

La protesta no pasó de un gesto de presión política a Washington. Lo que los embajadores europeos lamentaron fueron los efectos políticos del desmarque de Washington, al considerar que podría ser un preámbulo del auténtico levantamiento del embargo de armas, lo que "recrudecería la guerra y aumentaría el peligro" sobre los cascos azules.Pero fueron muy cuidadosos en su voluntad de minimizar la crisis y arroparla con candorosas llamadas a la cohesión transatlántica -"el Consejo hizo hincapié en la necesidad de una solidaridad permanente", decía el comunicado del portavoz-, justo en el preciso instante en que acaba de romperse. A nadie le conviene dramatizar, porque si algún día hay que retirar a las fuerzas de protección de la ONU (Unprofor), el apoyo logístico de Washington "es indispensable", reconocía un diplomático.

Además, el embajador de Bill Clinton, Robert Hunter, dio a entender que se trataba de una iniciativa para "aplacar al Congreso" y ganar tiempo. Así lo confirmarían las decisiones complementarias de Washington, que pespuntean una voluntad de no desmarearse completamente de sus aliados: los dos barcos de su bandera en el Adriático continuarán velando por el embargo a Serbia y Montenegro; se afirma que sigue rigiendo el embargo de misiles; los militares estadounidenses que ejercen funciones de mando en la OTAN quedan exonerados de cumplir el mandato de su país, y se asegura verbalmente que éste no es el primer paso para levantar el embargo. Estos paliativos son pálidos, puesto que el abandono de la vigilancia va acompañado de la negativa a facilitar información a sus aliados.

A la puesta en sordina de esta crisis. contribuye en gran manera que los efectos prácticos del desmarque sean "casi nulos". El presidente del Comité Militar aseguró al Consejo que "no supondrá un deterioro de la eficacia" de la operación Sharp Guard, en la que participan los 18 navíos destacados por la OTAN que inspeccionan la carga de otros buques, para evitar la llegada de armamento a Bosnia por vía marítima. Ahora serán sólo 16 -los de los países de la Unión Europea Occidental (UEO), entre ellos los españoles Victoria y Canarias-, pero bastará con un rediseño de sus áreas de actuación para garantizar el bloqueo.

Pese a este tratamiento en frío del litigio, los ánimos están encrespados en Bruselas. De ello dará cuenta el secretario general de la OTAN, Willy Claes al presidente Bill Clinton y al secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, en Estados Unidos. En comentarios de pasillo, representantes franceses en la reunión de la UEO celebrada en Holanda mostraban el lunes su indignación porque el almirante Leighton Smith siga al frente del Comando Sur de la OTAN, mientras su país no participa plenamente en las operaciones.

Espionaje militar

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Otros expertos militares se mostraban más preocupados por la insolidaridad estadounidense a la hora de poner en común la información de sus servicios de inteligencia. La OTAN no obliga a nadie a compartir ese tipo de datos. De hecho, durante la guerra del Golfo, Washington ofrecía a todos sus aliados datos genéricos, mientras que los más comprometidos sólo los ponía al alcance de los más fieles.

Lo que duele a algunos europeos, además de que Washington haya roto sus compromisos, es la forma en que lo ha hecho: nunca se había escrito en un papel, como lo hizo el embajador estadounidense en su carta -tramitada el viernes pasado, en plena celebración en Bruselas del Armisticio de-1918-, una negativa a compartir información. Fuentes diplomáticas españolas restaban importancia a este dato. Con este episodio, vuelven a ponerse de manifiesto las insuficiencias europeas en materia de información y la carencia de satélites que aqueja a la UEO.

Pese a que por el momento la crisis entre europeos y estadounidenses parece manejable, un alto funcionario de la OTAN reconoce que la organización atraviesa una etapa de "verdadera esquizofrenia estratégica".

Más información en la página 19

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