Entrevista:REFERÉNDUM EN SUECIAANITA GRADIN COMISARIA DE LA UE

"Queremos una Europa de iguales, no de dos velocidades"

Anita Gradin, 62 años, periodista y licenciada en Administración Pública, será la comisaria de Justicia Inmigración y Control Financiero si hoy Suecia vota sí a la Unión Europea (UE). Fue ministra de Inmigración e Igualdad con Olof Palme y de Comercio Exterior tras su muerte. Activísima en asuntos de la mujer y los refugiados, Anita Gradin es la socialdemocracia en estado químicamente puro. Recibe a EL PAÍS, en zapatillas, en su austero apartamento, de Estocolmo. Apenas 30 metros cuadrados. Vive como piensa. Sábado, 9,30 horas. Afuera nieva.Pregunta. Su apuesta.

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Anita Gradin, 62 años, periodista y licenciada en Administración Pública, será la comisaria de Justicia Inmigración y Control Financiero si hoy Suecia vota sí a la Unión Europea (UE). Fue ministra de Inmigración e Igualdad con Olof Palme y de Comercio Exterior tras su muerte. Activísima en asuntos de la mujer y los refugiados, Anita Gradin es la socialdemocracia en estado químicamente puro. Recibe a EL PAÍS, en zapatillas, en su austero apartamento, de Estocolmo. Apenas 30 metros cuadrados. Vive como piensa. Sábado, 9,30 horas. Afuera nieva.Pregunta. Su apuesta.

Respuesta. 52% a favor, 48% en contra. Es una carrera muy reñida. Creo que el sí ganará. Los últimos días han sido decisivos. He viajado por el país, los indecisos se decantan. Muchos socialdemócratas se inclinan hacia el no. Pero no quieren votar contra Ingvar Carlsson.

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P. El mensaje del sí es amplio pero poco compacto. En Finlandia se concentraron en la seguridad.

R. Ojalá hubiera venido Zirinovski. Su fantasma ayudó mucho al sí finlandés. La cuestión clave aquí es el paro. No lo arreglaremos con la adhesión, pero lo atacaremos mejor.

P. Los rivales critican la política económica de la UE, las condiciones de convergencia de Maastricht.

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R. Sólo un país las cumple, Luxemburgo. La UE deberá reconsiderarlas. Pero los del no sólo pintan un cuadro europeo dramático sin nada positivo. Suecia es un pequeño país. La exportación es un tercio de nuestra economía, somos muy dependientes. Y desde la Segunda Guerra Mundial hemos estado comprometidos con Europa. En su momento elegimos la EFTA. No queríamos ir a un grupo que pretendía una política exterior común, éramos un país neutral entre dos bloques, tradición que teníamos desde Napoleón. Pero los bloques se esfumaron. Algunos dicen que todo va demasiado deprisa, la caída, del muro, la unificación alemana... Deberíamos estar contentos de ello. Por vez primera tenemos la posibilidad de cooperar con Europa.

P. En la campaña sólo se habla de Europa en términos de cooperación, no de integración.

R. Cooperar para evitar que el capital haga dumping social, apretar para establecer reglas de medio ambiente. Tomar medidas políticas. Eso es lo que queremos, llámelo como quiera.

P. ¿Qué aporta Suecia?

R. Nos comprometemos en la construcción de la nueva Europa: abrir la UE al centro y al Este para que no se reconstruya el muro. Y al mismo tiempo hacia el Sur, al Magreb. Debemos prevenir excesos de inmigración, desarrollando estas zonas. Queremos ampliar y profundizar.

P. Esta Europa se reformará en 1996.

R. Hay que aumentar la democracia en las instituciones. Debatamos el reparto de poder entre el Parlamento europeo y los nacionales. Comprometamos a los Parlamentos nacionales en la construcción europea. Abrir la UE, dar transparencia a todos los papeles. Ampliar las áreas de voto mayoritario. ¿Deben tener los países grandes dos comisarios? ¿Cómo hay que elegir al presidente? ¿Puede la Comisión tener la misma estructura con 16 miembros que con 30?

P. Los federalistas temen su inclinación hacia lo intergubernamental, hacia tesis británicas.

R. Londres no quiere política social ni políticas de empleo. Buscamos lo contrario, desarrollar la Carta Social y la política regional porque la dimensión social es la otra cara de la moneda de la integración económica. ¿Qué temen, pues? Carlsson está en esto con González, aunque Bildt [el ex primer ministro conservador] esté con Major. La línea divisoria separa a los grupos políticos, no a los países.

P. ¿Se inclinan más hacia Alemania?

R. No me gusta el documento de la CDU sobre las dos velocidades. ¿Significa establecer dos núcleos en el Consejo, en la Comisión, en el Parlamento? Todos los miembros deben tener iguales derechos y lo digo como mujer, estoy harta de discriminaciones. Somos iguales y debemos ser tratados así. Nada de que unos viajen en primera y otros en segunda.

P. Pero eso implica avanzar a la velocidad del más lento.

R. Quizás, pero ha que evitar y empezar estableciendo clases.

P. Esta noche [por anoche] la ministra de Agricultura hará campaña en la televisión contra la adhesión. Su partido está dividido en una cuestión esencial.

R. Nos pasé en los años cincuenta con el debate sobre las armas nucleares y con la energía nuclear. En nuestro Congreso de junio, dos tercios estaban por la adhesión, un tercio en contra. Carlsson lo maneja bien. Quiere evitar la ruptura del partido, como les pasó a los noruegos en 1972, que perdieron la mitad de la militancia. Es una actitud democrática, muy escandinava.

P. De tanto querer conservar el Estado del Bienestar ¿no se ha vuelto conservadora la socialdemocracia?

R. No me convertirán en una neoliberal. El mercado sólo no resuelve el desempleo ni el desequilibrio regional. Pero hay que adaptar el Estado del Bienestar. En tiempos de mi madre, que era ama de casa, eran lógicas las pensiones de viudedad. Ahora que la mujer trabaja fuera, ¿por qué? Tendremos que ofrecer algunas seguridades básicas, y para el resto, que la gente espabile.

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