Una ciudad desbordada

Casablanca, la capital económica de Marruecos, con cerca de cinco millones de habitantes, se encuentra desbordada como consecuencia del éxito registrado en la celebración de la Conferencia Económica de Oriente Medio y del Norte de África. Esto aseguraba ayer con cierto orgullo uno de los responsables de la organización en el patio de la prefectura de Mechuar, situado en uno de los barrios residenciales de la ciudad, Habus Derb Sultan, convertida durante los próximos tres días en el centro internacional para la prensa."Habíamos previsto en principio la llegada de 200 delegaciones y la asistenci...

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Casablanca, la capital económica de Marruecos, con cerca de cinco millones de habitantes, se encuentra desbordada como consecuencia del éxito registrado en la celebración de la Conferencia Económica de Oriente Medio y del Norte de África. Esto aseguraba ayer con cierto orgullo uno de los responsables de la organización en el patio de la prefectura de Mechuar, situado en uno de los barrios residenciales de la ciudad, Habus Derb Sultan, convertida durante los próximos tres días en el centro internacional para la prensa."Habíamos previsto en principio la llegada de 200 delegaciones y la asistencia de unas 500 personas. Pero todas estas previsiones se han ido al traste. Hemos sufrido en los últimos días una oleada de inscripciones", afirmaba otro de los responsables de este pequeño caos, quien, en voz baja, musitaba que se había tenido que frenar la llegada de cerca de otros 500 empresarios.

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Periodistas, invitados y funcionarios pugnaban ayer por la mañana por acceder a la sala de prensa, alcanzar un teléfono y ponerse en comunicación con su periódico o con sus superiores, olvidándose de que la estancia había sido requisada por los representantes de una delegación oficial que habían decidido celebrar en ese mismo lugar una reunión.

Lograr una habitación

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Pero más difícil que conseguir un teléfono era lograr una habitación en un hotel. Todos han colocado el cartel de "completo". Numerosas delegaciones e invitados se encuentran alojados en ciudades tan apartadas como Mohamedia, a unos 4 kilómetros, o Rabat, a más de un centenar. En el último momento, el transatlántico Marrakech, atracado en el puerto, se convirtió también en un improvisado hotel para cerca de 400 personas.

El transporte es difícil y los fuertes dispositivos de seguridad lo hacen mas complicado. Casablanca se ha convertido en un laberinto. Todo esto no es más que el prólogo de una jornada que se anuncia terrible, la de hoy, en la que la ciudad volverá al trabajo y a su habitual normalidad. El colapso es seguro.

"Le puedo asegurar que ésta es la mejor operación de relaciones públicas que ha tenido la conferencia de Madrid, sobre todo cuando se compara la organización de esta reunión con la celebrada en su día en España", aseguraba un diplomático israelí.

El caos afectó incluso a la delegación oficial española, que vivió el sábado momentos de angustia tratando de localizar, de despacho en despacho, las credenciales mágicas -incluida la del propio presidente del Gobierno Felipe González- que les acreditan como invitados y les permiten sortear los controles de seguridad..

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