Cartas al director

Manías

Cuando hacía poco tiempo que los globos surcaban los cielos, unos campesinos franceses que vieron caer uno de ellos en un sembrado, lo tomaron por un demonio o un monstruo y lo atacaron con horcas y guadañas. Bueno, era a finales del siglo XVIII o principios del XIX, hace mucho que lo leí, no me acuerdo de la fecha exacta, pero lo cierto es que entonces los campesinos eran

Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior

gente ignorante, supersticiosa y asustadiza, no eran malos, sólo un poco brutos.

Ahora, en 1994, cerca de dos cientos años después, un...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Cuando hacía poco tiempo que los globos surcaban los cielos, unos campesinos franceses que vieron caer uno de ellos en un sembrado, lo tomaron por un demonio o un monstruo y lo atacaron con horcas y guadañas. Bueno, era a finales del siglo XVIII o principios del XIX, hace mucho que lo leí, no me acuerdo de la fecha exacta, pero lo cierto es que entonces los campesinos eran

Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior

gente ignorante, supersticiosa y asustadiza, no eran malos, sólo un poco brutos.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Ahora, en 1994, cerca de dos cientos años después, unos campesinos en Murcia montan una manifestación porque se les ha metido en la cabeza que por encima de sus sembrados pasan unas avionetas que deshacen las nubes. Menos mal que aquel globo de hace 200 años iba vacío, no sucede lo mismo con las avionetas. Los agricultores de Murcia ya disponen del nombre de la compañía de avionetas, ya cono cen el motivo por el cual éstas deshacen sus nubes y, si no se pone freno al disparate, acaba rán sabiendo nombre y domicilio de los pilotos, y entonces puede suceder cualquier cosa, proba blemente lamentable.

Somos una sociedad con un sistema educativo fracasado, se nos enseña a sumar dos y dos, pero no a juzgar objetivamente, quizá porque de donde no hay no se puede sacar, pero mientras se arregla el fallo sería conveniente que quien corresponda se encargase de que los campesinosmurcianos recibiesen todo tipo de explicaciones y pruebas que les convenciesen de que se equivocan, tomarse su manía a broma no es serio y puede ser peligroso. Y no les miremos por encima del hombro, que nosotros no somos más listos; hay demasiadas pruebas de lo contrario.- José Luis Peña Fernández

Archivado En