La supuesta inferioridad genética de los negros, otra vez a debate en EE UU

Un libro, origen de la polémica, arremete también contra el sistema de auxilio social

The Bell Curve, un libro de 850 paginas, acaba de abrir en EE UU un fuerte debate sobre los presuntos nexos entre raza e inteligencia, con afirmaciones como ésta: "Nuestra impresión es que, en privado, las actitudes dé la élite blanca hacia los negros van mucho más allá de lo que se reconoce en público, que la hostilidad no es infrecuente y que un factor clave es la creciente sospecha de que hay diferencias raciales básicas que explican las lagunas sociales y económicas que separan a blancos y negros, y especialmente desequilibrios genéticos en inteligencia".El libro, escrito por Charle...

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The Bell Curve, un libro de 850 paginas, acaba de abrir en EE UU un fuerte debate sobre los presuntos nexos entre raza e inteligencia, con afirmaciones como ésta: "Nuestra impresión es que, en privado, las actitudes dé la élite blanca hacia los negros van mucho más allá de lo que se reconoce en público, que la hostilidad no es infrecuente y que un factor clave es la creciente sospecha de que hay diferencias raciales básicas que explican las lagunas sociales y económicas que separan a blancos y negros, y especialmente desequilibrios genéticos en inteligencia".El libro, escrito por Charles Murray, un ideólogo conservador que trabaja en The American Enterprise Institute, y Richard J. Herrnstein, profesor de psicología en la Universidad de Harvard hasta su muerte en septiembre de 1994, ha desencadenado una tremenda discusión en los medios periodísticos y profesionales. La tesis es muy simple: sería lógico pensar que los negros son intelectualmente inferiores a los blancos, a partir de los resultados de las pruebas de inteligencia en los que la diferencia entre ambos es de 15 puntos como media. Dando por hecho que la mezcla racial es mínima en EE UU, Murray y Herrnstein entienden que este desequilibrio se perpetuaría genéticamente.

Esto explicaría, continúan diciendo, quién tiene éxito en la America de los noventa y quién no, quién sale adelante y quién queda atrapado en el círculo vicioso. de la pobreza y la miseria. Para respaldar estas afirmaciones y explicar por qué los índices de inteligencia bajos están relacionados con diversos problemas sociales, entre ellos la criminalidad y los embarazos juveniles, Murray y Herrnstein desarrollan sus investigaciones a lo largo de ocho capítulos, y concluyen: "El éxito y el fracaso en la economía norteamericana, y todo lo que ello implica, son cada vez más un asunto de herencia genética".

Beneficencia

Los estratos sociales de los 90 en EE UU, añaden, son el resultado de estas diferencias intelectuales y de las políticas sociales equivocadas que las han reforzado, arremetiendo de esta forma contra el sistema de bienestar social, al. que culpan de promover las desigualdades.

Murray y Herrnstein se apoyan en el rechazo social que provoca el sistema de bienestar y en la creencia popular de que la beneficencia lleva a subvencionar la pereza. El Gobierno, afirman, pierde tiempo y dinero con los programas de ayuda, teniendo en cuenta que la naturaleza, es decir, los genes, tiene mucho más que ver con el éxito que la educación. Más todavía: esos programas son la raíz del mal, porque mantienen la dependencia y contribuyen a la propagación de los bajos coeficientes intelectuales.

Como era de esperar, la publicación del libro y el debate que ha provocado están siendo enormemente polémicos en EE UU. Periódicos y revistas importantes, desde The New Republic y Newsweek hasta The New York Times, dedican portadas y largos artículos al asunto y a sus posibles consecuencias en la sociedad.

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