Marín y Oreja tendrán funciones más relevantes en la nueva Comisión Europea de Jacques Santer

Los españoles Manuel Marín y Marcelino Oreja verán reforzadas sus funciones en la nueva Comisión Europea, indican distinas fuentes comunitarias. Marín, que es primer vicepresidente, ampliará su competencia económica sobre el Mediterráneo, Oriente Próximo y América Latina, añadiéndole funciones políticas. Oreja cambiará de cartera (Energía y Transportes), para encargarse de la reforma institucional, las relaciones con el Parlamento Europeo y la información. El presidente entrante, Jacques Santer, intensifica las consultas para tener cerrado el cartapacio el día 29.

Felipe González co...

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Los españoles Manuel Marín y Marcelino Oreja verán reforzadas sus funciones en la nueva Comisión Europea, indican distinas fuentes comunitarias. Marín, que es primer vicepresidente, ampliará su competencia económica sobre el Mediterráneo, Oriente Próximo y América Latina, añadiéndole funciones políticas. Oreja cambiará de cartera (Energía y Transportes), para encargarse de la reforma institucional, las relaciones con el Parlamento Europeo y la información. El presidente entrante, Jacques Santer, intensifica las consultas para tener cerrado el cartapacio el día 29.

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Felipe González consideró que España mejora su posición, tanto porque refuerza su influencia en las áreas estratégicas de la política exterior española (Marín) como porque con la nueva cartera de Oreja un español entra en el núcleo duro de la maquinaria de la comisión. Por el contrario, el secretario de Estado para la Comunidades Europeas, Carlos Westendorp, evaluó negativamente en Bruselas el cambio, debido a la pérdida de la cartera de Transportes.Marín mantendrá las competencias de cooperación económica con el Mediterráneo sur, Oriente Medio, América Latina y Asia. Pero les añadirá las competencias políticas y los instrumentos financieros para estas mismas zonas. El diseño de Jacques Santer consiste en regionalizar la política exterior por bloques geográficos, juntando competencias económicas y políticas, hasta ahora separadas, en una misma mano para cada gran área, a fin de dar más coherencia al abanico de relaciones con terceros países.

Para facilitar la creación de carteras, necesaria con la ampliación, Marín ha cedido los países del Africa subsahariana, el Caribe y el Pacífico, que podrían recaer en el portugués Joao Pinheiro. De esta forma reduce su ámbito geográfico, pero profundiza sus competencias en las áreas estratégicas de la política exterior española.

Quedan pendientes, para después de la atribución de cargos, las vicepresidencias. Pero tras el mantenimiento electoral de los liberales alemanes, gana terreno el diseño (no definitivo) de que Martin Bangemann -que mantendrá política industrial- acceda a la segunda vicepresidencia y que Marín conserve la primera. Junto al democristiano Santer, las otras dos grandes familias ideológicas estarían así en la cúpula de la Comisión, como solicitó el Parlamento Europeo el 15 de julio. No es una cuestión de cortesía: la nueva Comisión deberá obtener de él el voto de investidura.

Oreja prepara el 96

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Marcelino Oreja cederá Transportes al británico Neil Kinnock, para ocuparse de un área de nueva factura, que abarca el horizonte 96: reforma institucional y relaciones con el Parlamento Europeo, como ejes principales. Es un asunto central de la próxima etapa, que debe resolver problemas como la Europa a una o dos velocidades o las minorías de bloqueo.Para hacer más efectiva la cartera se le se añade un gran instrumento, la Dirección General X (información, cultura y audiovisuales). El Gobierno español había insistido en que Oreja mantuviese Transportes, completada con las grandes redes (tren de alta velocidad), aun a costa de sacrificar Energía, al considerar más efectiva una cartera económica que otra institucional. El mismo Oreja, cuyo perfil como diplomático y ex secretario general del Consejo de Europa se asocia más a una tarea institucional, había reclamado su continuidad.

Sin embargo, Santer necesitaba a un hombre de confianza para coordinar un tarea prioritaria de su Comisión, la institucional. Oreja, aparte de su perfil profesional, es el más conspicuo democristiano de la Comisión, aparte del presidente. Además, la política de Transportes de los próximos cinco años está ya definida en el cuadro comunitario de apoyo correspondiente. Queda solo pendiente su ejecución.

A estas responsabilidades se ha llegado tras un pacto de caballeros entre los distintos implicados, bendecido por Felipe González, pese a la críticas de Westendorp. Los españoles han jugado bien sus bazas, exhibiendo, a diferencia de los franceses, "una sintonía perfecta" entre sus dos comisarios, constatada por este diario en medios de la Comisión. Ambos han demostrado, contrastando también con otros, disposición negociadora para facilitar la difícil tarea de encaje de Santer.

Éste recuerda, además, que el socialismo ibérico salvó in extremis su investidura; y que su Partido Popular Europeo (PPE) ha acrecido su importancia en el Europarlamento gracias a su conjura de 1988. con Oreja para convencer a Manuel Fraga de la necesidad de transformar Alianza Popular en el Partido Popular e integrarlo en el PPE.

Los mayores obstáculos para cerrar el cartapacio se centran en las carteras de Leon Brittan y del holandés Hans van den Broek. Brittan se muestra dispuesto a ceder algunas competencias, pero lucha a brazo partido por mantener Comercio Exterior y Relaciones con el Este, argumentando que la continuidad es buena, sobre todo tras los éxitos de la Ronda Uruguay y la aproximación de la Europa Oriental.

Pero eso imposibilitaría ceder el Este, un buen caramelo, a Van den Broek, quien, titular de Relaciones Políticas Exteriores, es el principal damnificado por el nuevo diseño, y se resiste desesperadamente a que se dividida su cartera.

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