Crítica:CANCIÓN

¿Cuándo es mañana?

.Antes de iniciar la interpretación de Emboscados (oratorio para dos voces, guitarras, flauta, violín y violoncelo), Amancio Prada advirtió: "El silencio forma parte de la música. Ruego que no se aplauda hasta el final de la obra". Durante más de una hora sólo se escucharon los ecos melancólicos de jinetes que "Ilegaron a galope de un país lejano preguntando por el agua de un manantial extraño". Prada demostró que lo sublime es a veces más evidente de lo que suponemos: hay otros mundos, pero están aquí, dentro de cada cual. El cantante y compositor consiguió algo que sólo los grandes co...

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.Antes de iniciar la interpretación de Emboscados (oratorio para dos voces, guitarras, flauta, violín y violoncelo), Amancio Prada advirtió: "El silencio forma parte de la música. Ruego que no se aplauda hasta el final de la obra". Durante más de una hora sólo se escucharon los ecos melancólicos de jinetes que "Ilegaron a galope de un país lejano preguntando por el agua de un manantial extraño". Prada demostró que lo sublime es a veces más evidente de lo que suponemos: hay otros mundos, pero están aquí, dentro de cada cual. El cantante y compositor consiguió algo que sólo los grandes consiguen:. despertar la música interior en cada espectador.

Durante todo el concierto se escucharon los ecos que dejaba esta salmodia- "¿Cuándo es mañana?". Y parecía como si desde otros mundos esotéricos respondiera la voz de otro gran artista, Pablo Guerrero: "Toda la vida es ahora". Emboscados no es una obra fácil, como ya había declarado el propio compositor. Pero ése es su mérito, su coraje, su apuesta.

Emboscados

Amancio Prada, voz y guitarra; Clara Montes, voz; René Mora, guitarras- Salvador Espasa, flauta; Pavel Crisan y Daniela Tanti, violines; Hylary Fielding y Rafael Domínguez, violoncelo; Luis Delgado, percusión; Cuco Pérez, acordeón; James Wood, sonido; Miguel Á. Coso y Juan Sanz, espacio escénico. Aforo, lleno. Teatro de Madrid. 11 de octubre (hasta el día 16).

El dibujante y escritor Máximo susurraba al terminar el oratorio: "Con los poemas de San Juan de la Cruz, Amancio incorporó su magnífica versión de las músicas sugeridas por el poeta. Pero cada cual, a su modo, tiene su propia melodía del Cántico espiritual En esta ocasión, Prada crea belleza partiendo de la nada. Eso es el arte".

Amancio Prada es un intérprete aparentemente frío y cartesiano. Pero sólo aparentemente, porque la distancia provoca las más íntimas cercanías. Huye de la obviedad y sugiere la trascendencia. "La luz no siempre alumbra certidumbre; su resplandor a veces siembra dudas. ¿No has sentido alguna vez el galopar de unos caballos en el pecho?", recita en el tercer movimiento. Y reitera, como brisa a la caída de la tarde: "Que mi justicia sea la de los fuertes; que mi fuerza sea la de los justos".

El montaje del espectáculo fue químicamente perfecto: sonido, escenografía, músicos. Y Clara Montes, un portento de voz, de sensibilidad, de talante y de presencia. Emboscados, tanto en disco como en direto, es una de las obras más sugerentes y fascinantes que han salido de la inspiración y el talento de un juglar de nuestros días.

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