Conde no logra convencer a ningún diputado en primera comparecencia ante el Parlamento

Los intentos de seducción, la ironía, la aparente contundencia, los silencios preditados y la ambigüedad calculada ya le funcionan a Mario Conde. El ex presidente de Banesto no convenció a nadie en su primera intervención parlamentaria, a la que asistieron un total de 14 diputados. Conde intentó demostrar ante la comisión Banesto que no había cometido irregularidad alguna en los negocios con Oasis, pero sólo logró provocar el escepticismo y la irritación de la práctica totalidad de los partidos políticos presentes. Los enfrentamientos fueron especialmente virulentos con los portavoces del PSOE...

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Los intentos de seducción, la ironía, la aparente contundencia, los silencios preditados y la ambigüedad calculada ya le funcionan a Mario Conde. El ex presidente de Banesto no convenció a nadie en su primera intervención parlamentaria, a la que asistieron un total de 14 diputados. Conde intentó demostrar ante la comisión Banesto que no había cometido irregularidad alguna en los negocios con Oasis, pero sólo logró provocar el escepticismo y la irritación de la práctica totalidad de los partidos políticos presentes. Los enfrentamientos fueron especialmente virulentos con los portavoces del PSOE, Mercedes Aroz, y de Izquierda Unida-Iniciativa per Cataluña (IU-IC), Ramón Espasa.

"Estamos ante un enfrentamiento de palabras. La suya [la de Mario Conde] es la de un abogado del Estado y un banquero que ha causado el mayor agujero de la historia de la banca española. La otra, es la de un grupo de funcionarios entre los que se encuentran un gobernador, un subgobernador y un buen número de inspectores. Usted tiene todo el derecho a no decir la verdad a esta comisión". Este ramillete de frases de Espasa resumen lo que fueron las cuatro horas y media de comparecencia del ex presidente de Banesto y la impresión que dejó en su primera aparición parlamentaria.La cuidada puesta en escena, iniciada con un par de semanas de antelación, no surtió el efecto deseado. Conde había sembrado la inquietud con una ambigua carta dirigida al presidente del Congreso, Félix Pons, en la que no aclaraba si acudiría a su cita de ayer. No obstante, cinco minutos antes de la hora fijada para el inicio de su intervención ya estaba saludando al presidente de la comisión, el socialista Juan Muñoz. Después, aguantó el primer chaparrón de los diputados de todo el arco parlamentario y se dispuso a desplegar su defensa, no sin antes invocar al fantasma de su entrada en política. "Esta es la primera vez que hablo en el Parlamento y confío en que no sea la última", señaló. Juan Muñoz aseguró que Conde comparecerá ante la Comisión para hablar de Banesto. Ayer sólo pudo hablar de Oasis. Las veces que intentó escurrirse hacia otras lindes fue frenado por Juan Muñoz. El debate tuvo momentos de crispación y enfrentamiento y el presidente de la Comisión tuvo que interrumpir en varias ocasiones a compareciente y diputados.

Conde negó haber cometido irregularidades en los negocios entre Banesto y Oasis, así como la existencia de intereses personales comunes con el presidente del grupo turístico, Pedro Pueyo. Además, volvió a reiterar sus discrepancias con el Banco de España. Según el banco emisor, el riesgo crediticio contraído por Banesto con Oasis rondaba los 62.000 millones, mientras que Conde esgrime que sólo eran 44.000, "tal y como demuestra el acuerdo suscrito por Banesto y Oasis el pasado 25 de abril". Este acuerdo fue rechazado por Banesto lo que ha motivado una demanda de Pueyo por incumplimiento. Los ataques de Conde al Banco de España no fueron sólo institucionales. "El director general de inspección", dijo Conde, "me dijo que si comprábamos el 3% de Banesto y activos de Oasis, el problema con las provisiones se suavizaría".

La sesión de ayer de la comisión Banesto se completó con la intervención de Pueyo, quien subrayó que el banco había supuesto un fuerte quebranto para Oasis y no al revés.

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