ALBACETE

Una de astifinos

Bicornes serios, cuajados, enmorrillados, badanudos-y con el IVA (increíble valor añadido) de unas veletas y afiladas perchas en las que podía colgar la ropa todo un regimiento. Así era la lámina externa del encierro de Valdemoro. Lástima que por dentro les recorriera escasa sangre brava y resultaran sosos mansurrones. Bien es verdad que la terna de matadores-banderilleros fueron más lo segundo que lo primero, y tampoco extrayeron de su colaboradora nobleza otra cosa que alguna fruslería suelta, nimiedades taurinas, naderías.

Uno porque no quiere (Esplá), otro porque no puede en est...

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Bicornes serios, cuajados, enmorrillados, badanudos-y con el IVA (increíble valor añadido) de unas veletas y afiladas perchas en las que podía colgar la ropa todo un regimiento. Así era la lámina externa del encierro de Valdemoro. Lástima que por dentro les recorriera escasa sangre brava y resultaran sosos mansurrones. Bien es verdad que la terna de matadores-banderilleros fueron más lo segundo que lo primero, y tampoco extrayeron de su colaboradora nobleza otra cosa que alguna fruslería suelta, nimiedades taurinas, naderías.

Uno porque no quiere (Esplá), otro porque no puede en esta su temporada sabática de grisura total (Mendes, que falló hasta con los rehiletes)- y otro porque no sabe más (Jiménez), el electroencefalograma de la función fue plano. Menos mal que la sanísima costumbre del intermedio para merendar salvó la tarde.

Valdemoro / Esplá, Mendes, Jiménez

Cinco toros de Valdemoro, muy bien presentados, mansotes y nobles; quinto, sobrero de El Pizarral (en sustitución de uno del hierro titular devuelto por inválido), con trapío, manso.Luis Francisco Esplá: silencio y palmas. Víctor Mendes: silencio y silencio. Mariano Jiménez: silencio y algunas palmas. Plaza de Albacete, 10 de septiembre. Tercera de feria. Casi lleno.

Un Esplá facilongo, teatral y teatrero con capote, muleta y tizona sólo cascabeleó dos magníficos pares por los adentros, con todas las ventajas para el toro, que levantaron al cotarro de sus asientos. Si Mendes fracasó hasta con los garapullos, Jiménez, sustituto de Fundi por el único mérito de que lo apoderan los, empresarios de la plaza, le echó tantas ganas como torpeza con la pañosa, aunque al menos aportó espectacularidad en banderillas y algún aleteo con el percal de buen y variado corte.

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