Crítica:ROCK

Verbena urbana

La fiesta que comenzó con el concierto de Red Hot Chili Peppers continuó en una inesperada y anárquica verbena en la sala Revólver de Madrid de la mano de una de las bandas más viscerales, intuitivas y faltas de prejuicios que hayan existido en el mundo del rock, Mano Negra. Bastó un sólo mensaje unas horas antes de una radio estatal: ¡"Mano Negra esta noche en Madrid y con invitación"!, para crear ante la puerta de la sala una de las mayores aglomeraciones que ha sufrido Madrid en sus últimos 100 conciertos.Desde la una de la noche hasta casi las cinco de la mañana se sucedieron los acontecim...

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La fiesta que comenzó con el concierto de Red Hot Chili Peppers continuó en una inesperada y anárquica verbena en la sala Revólver de Madrid de la mano de una de las bandas más viscerales, intuitivas y faltas de prejuicios que hayan existido en el mundo del rock, Mano Negra. Bastó un sólo mensaje unas horas antes de una radio estatal: ¡"Mano Negra esta noche en Madrid y con invitación"!, para crear ante la puerta de la sala una de las mayores aglomeraciones que ha sufrido Madrid en sus últimos 100 conciertos.Desde la una de la noche hasta casi las cinco de la mañana se sucedieron los acontecimientos: dos pases de Mano Negra sobre el escenario, Manu Chao y sus secuaces revolvieron y encresparon. las energías renovadas bajo el sol del verano con su música ardiente, apasionada y desnuda de artificio. Viejas consignas en estos tiempos y en ese lugar completamente innovadoras, coreadas por toda boca capaz de gritar "el pueblo unido jamás será vencido" fueron sin duda la actitud más increíble en una ciudad dominada por el esnobismo.

Mano Negra

Entradas: 1.000 pesetas. 500 personas. Sala Revólver Club. Madrid, 31 de agosto.

La anarquía de los franceses Mano Negra no fue el caos, fue una actitud abierta en la que el público también es el músico y el escenario un lugar abierto para cualquiera que quiera bailar o saludar. Mano Negra, seis años y seis discos, ha conseguido la fórmula perfecta a través de la sensibilidad de Manu Chao,: su imaginación desbordante y su amplitud de miras han hecho de su formación un mundo mestizo por el que pasan personajes aparentemente absurdos que parecen haber salido de un circo de una manera urgente y vital.

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