Entrevista

Vitali Churkin: “Rusia no dejará que Occidente controle su industria nuclear”

Vitali Churkin, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, es, a sus 42 años, una de las figuras más sobresalientes de la diplomacia de su país y ha jugado un papel clave en la crisis de los Balcanes. En una entrevista concedida a este periódico, asegura que "Rusia no dejará que Occidente controle su industria nuclear" aprovechando el escándalo del plutonio.

Vitali Churkin, a sus 42 años, niega ser un político ambicioso, pero, según se dice, se empleó a fondo para evitar ser destinado como embajador ruso en Chile y poder seguir su carrera moscovita. Esta semana ha participado en Santander en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre El conflicto balcánico y la integración democrática de Europa oriental. Churkin fue el diplomático elegido por el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, para mediar en el conflicto que devasta la antigua Yugoslavia. Le gusta menos hablar del tráfico de plutonio, pues alega que no conoce a fon...

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Vitali Churkin, a sus 42 años, niega ser un político ambicioso, pero, según se dice, se empleó a fondo para evitar ser destinado como embajador ruso en Chile y poder seguir su carrera moscovita. Esta semana ha participado en Santander en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre El conflicto balcánico y la integración democrática de Europa oriental. Churkin fue el diplomático elegido por el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, para mediar en el conflicto que devasta la antigua Yugoslavia. Le gusta menos hablar del tráfico de plutonio, pues alega que no conoce a fondo el problema.

Pregunta. ¿Puede asegurar Rusia que no se ha traficado con su material nuclear?

Respuesta. No creo que nadie pueda dar una garantía del 100%. Los robos de secretos militares se producen en todas partes. Nadie puede garantizar que no haya un robo.

R. Pero parece que en Rusia las garantías son ahora mínimas.

R. Estamos interesados en colaborar estrechamente con todas las partes interesadas en evitar el tráfico ilegal de plutonio. Pero antes de apuntar con el dedo a alguien hay que probar lo que se dice.

P. Pero el plutonio incautado en Munich llegó en un vuelo de Moscú.

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R. Sí, pasó los controles, pero ¿cuántas toneladas de droga cruzan las fronteras internacionales? Además, las especificaciones del plutonio interceptado no coinciden con las del que se fabrica en Rusia.

P. Los bajos salarios de la industria nuclear rusa, ¿pueden incentivar el tráfico de plutonio?

R. En todo el mundo hay gente que quiere ganar dinero rápido, tanto entre los ricos como entre los pobres. Pero ser pobre no significa ser ladrón. No se puede acusar, por ejemplo, a los que hacen huelga en España de ser potenciales ladrones.

P. Pero en Rusia hay informes oficiales que describen la situación dramáticamente.

R. Sí, está claro que puede haber problemas, pero por eso estamos tratando la cuestión con toda seriedad. Todos los productores de material nuclear tenemos que supervisar una vez más los procedimientos. Y estoy seguro de que nuestro país lo hace porque nosotros tampoco estamos interesados en que se desarrolle el terrorismo nuclear.

P. ¿Cree que en otras repúblicas ex soviéticas el material nuclear está bajo control?

R. Son países soberanos y no puedo hablar por ellos.

P. ¿Y no tiene Rusia alguna responsabilidad moral al respecto?

R. La tendríamos si esos países nos hubieran pedido ayuda, pero como no lo han hecho, no tenemos ninguna responsabilidad sobre sus instalaciones nucleares.

P. ¿Cree que Occidente intentará aprovechar la polémica para controlar la industria nuclear rusa?

R. Hace falta cooperación, pero está claro que Rusia no permitirá que Occidente controle su industria nuclear. Si se propusiesen normas que afectasen a todos los países por igual, nos lo plantearíamos, pero control internacional sólo sobre la industria nuclear rusa, no.

P. ¿Cree que hay una amenaza real de que algún grupo terrorista se haga con armas nucleares?

R. No sé si hay organizaciones terroristas con esa posibilidad, pero no hay que desestimar ese peligro. Hemos superado el riesgo de una guerra nuclear global, pero el hueco dejado por esa amenaza, puede ser ocupado por el terrorismo nuclear.

P. Usted ha seguido muy de cerca el problema bosnio. ¿Ha sido decisiva la influencia rusa para que Belgrado deje de apoyar a los serbios de Bosnia?

R. El papel de Rusia no ha sido pequeño. Días antes del pronunciamiento de Serbia a favor del plan de paz del grupo de contacto, dos ministros rusos visitaron Belgrado para exponer nuestro punto de vista. Eso hizo que los dirigentes de Serbia cambiasen de postura.

P. ¿Por qué no presionaron antes sobre Serbia?

R. La comunidad internacional no logró coordinar su postura hasta la creación del grupo de contacto. Además, nosotros creemos que el actual plan de paz puede satisfacer a todas las partes, mientras que era imposible que Belgrado aceptara el plan Vance-Owen independientemente de la presión ejercida desde fuera.

P. ¿Ha prometido Occidente contrapartidas a Rusia por presionar a Milosevic?

R. No, y de todos modos, en los últimos años hemos escuchado tantas promesas que una promesa más no podría tener ninguna influencia. Rusia ha dejado de esperar la ayuda de Occidente. Ya simplemente pedimos un trato de igualdad en lo económico y en lo comercial.

P. ¿Ha sido bien acogido en Rusia el cambio de postura?

R. La mayoría de la población comprende muy bien nuestra política. Hay quien está en posturas nítidamente proserbias, pues piensa que desde el punto de vista histórico, cultural y étnico tenemos que optar por apoyar a los serbios, pero el Gobierno ruso está a favor de una postura más equilibrada. Tomar una postura nítidamente proserbia sería apoyar al extremismo serbio y eso no sería bueno para los intereses del pueblo serbio en general ni ayudaría a la solución del problema. También hay políticos en Rusia a los que sólo les interesa el tema para el juego de desgaste político interno.

P. ¿Se levantará el embargo de armas a los musulmanes bosnios si los serbios insisten en rechazar el plan de paz?

R. Los miembros del grupo de contacto no descartan, como última opción, el levantamiento del embargo de armas a los musulmanes. Pero todos sabemos que ya están recibiendo armas pese al embargo. Esa es una de las grandes insuficiencias de la comunidad internacional. En general, cuando se toma una decisión debe ser para que se cumpla. Yo personalmente creo que el levantamiento del embargo significaría el final de la intervención de la ONU en la antigua Yugoslavia. En ese caso, los partidarios más activos del levantamiento del embargo deben asumir sus responsabilidades. Francia y el Reino Unido ya han advertido que retirarían sus cascos azules y nosotros también retiraríamos los nuestros. Entonces, ¿quién puede acudir? ¿Las fuerzas de algunos países musulmanes? Irán, por ejemplo, siempre dice que está dispuesto a enviar sus tropas a la zona.

P. ¿Qué autocrítica hace del papel de Rusia en el conflicto de la antigua Yugoslavia?

R. Eso lo dejaré para mis memorias.

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