FERIA DE ALMERÍA

Un público de dulce

De dulces y mediasnoches de jamón y lomo embuchado se pone el público de grana y oro entre el tercero y el cuarto toro. La corrida se detiene durante 25 minutos -que se fastidien los toreros-, y a disfrutar de las viandas preparadas con esmero para la ocasión. Ya sea porque, antes, se les hace la boca agua pensando en las crujientes agujas de ternera, o porque, después, con el estómago lleno, todos los toros son pardos, la verdad es que el público de Almería es de dulce en el mejor sentido de la palabra: amable y cariñoso con los toreros -todas las tardes los obliga a saludar tras el paseíllo ...

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De dulces y mediasnoches de jamón y lomo embuchado se pone el público de grana y oro entre el tercero y el cuarto toro. La corrida se detiene durante 25 minutos -que se fastidien los toreros-, y a disfrutar de las viandas preparadas con esmero para la ocasión. Ya sea porque, antes, se les hace la boca agua pensando en las crujientes agujas de ternera, o porque, después, con el estómago lleno, todos los toros son pardos, la verdad es que el público de Almería es de dulce en el mejor sentido de la palabra: amable y cariñoso con los toreros -todas las tardes los obliga a saludar tras el paseíllo con una cerrada ovación. Pero no es un público fácil. Los toros de Carrascosa ofrecieron todo tipo de facilidades para que la tarde fuera divertida, pero, unas veces por la flojedad de aquéllos; otras, por el mal manejo de la espada; y otras, por los trucos o la vulgaridad de los toreros, lo cierto es que el festejo quedó descafeinado y sin sal.Juan Mora tiene unas maneras exquisitas y así lo demostró por verónicas en ambos toros. A su primero lo picaron muy bajo y encharcó el ruedo de sangre. Medio muerto, aún tuvo fuerzas para golpear al torero en la barbilla, que fue curado con dos puntos de sutura. Su segundo embistió largo en la muleta y se aventuraba faena grande en los torerísimos pases por bajo con los que inició su labor. Pero, cuando había que torear de verdad, la pintura bajó de color, la conjunción se produjo con numerosos altibajos y lo que parecía que podía ser se quedó en frustrada esperanza.

Carrascosa / Mora, Joselito y Jesulín

Toros de Laurentino Carrascosa (6º, devuelto por estar reparado de la vista), bien presentados, flojos y bonancibles. Sobrero de Manuel Alvarez, noble. Juan Mora: pinchazo y corta perpendicular (palmas); dos pinchazos y casi entera (vuelta). Joselito: pinchazo -aviso- y estocada baja (ovación); pinchazo y estocada (oreja). Jesulin de Ubrique: media (oreja); media y descabello (ovación). Plaza de Almería, 22 de agosto. 2ª corrida de feria. Tres cuartos de entrada.

Joselito toreó a su segundo toro por verónicas muy lentas y unas preciosas chicuelinas. Con la muleta, el asunto tiene connotaciones diferentes. Joselito metió pico con descaro hasta en la sopa y aprovecha los viajes del toro. En resumidas cuentas, mandó poco, aunque ligó bien, las series. Así, en su primero logró unidad en una por naturales y, en su segundo, cerré otras con pases de pecho auténticamente largos. Pero, el pico siempre presente.

Jesulín consiguió un natural largo y templado en el último de la tarde. Por lo demás, es un ídolo allí donde va; derrocha simpatía, anda con soltura en la plaza y distrae. Da muchos pases y no dice nada. Eso sí, provocó el delirio cuando se agarró a la culata del cesto y dio tres o cuatro vueltas. Toda su labor fue, sin embargo, irrelevante.

A pesar de todo, el público comió y bebió de lo lindo y se lo pasé bien, que es lo que se pretende.

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