EL LABERINTO DE LA ADMINISTRACIÓN

"Nunca me han escuchado"

Un jubilado se resiste a que Hacienda le rechace una reclamación por ser "extemporánea"

De todas las espinas que tiene en el cuerpo clavadas Rogelio Arcones González, la mayor es la de su mujer.-Me pone de tonto que no para. Dice que soy un contestatario y que no saco nada de mis peleas.

A su padre le encarcelaron al acabar la guerra civil por haberse incorporado como voluntario a las fuerzas republicanas cuando estalló el conflicto. Tenía 13 años y era el mayor de cinco hermanos. No tuvo más remedio que ponerse a trabajar. Hizo de carbonero, ebanista e impresor hasta qué en 1953 logré colocarse como administrativo en la fábrica Standard Eléctrica en Madrid. Un año después...

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De todas las espinas que tiene en el cuerpo clavadas Rogelio Arcones González, la mayor es la de su mujer.-Me pone de tonto que no para. Dice que soy un contestatario y que no saco nada de mis peleas.

A su padre le encarcelaron al acabar la guerra civil por haberse incorporado como voluntario a las fuerzas republicanas cuando estalló el conflicto. Tenía 13 años y era el mayor de cinco hermanos. No tuvo más remedio que ponerse a trabajar. Hizo de carbonero, ebanista e impresor hasta qué en 1953 logré colocarse como administrativo en la fábrica Standard Eléctrica en Madrid. Un año después se casó.

Fue su empleo más largo y el último de su vida. Cuando llegó la crisis, de los ochenta, la plantilla de la multinacional norteamericana -más de, 16.000 trabajadores- fue la primera víctima en acogerse al saneamiento.

Jubilación anticipada

Las partes afectadas negociaron un acuerdo mediante el cual se zanjaba la relación laboral de 2.749 trabajadores que superaban los 55 años. Rogelio Arcones fue uno de, ellos. Tenía 58 años.

Para entonces hacía tiempo ya que venía presentando la declaración de la renta. Él asegura pertenecer al pelotón de los pioneros en esta tarea.

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Cuando procedió a hacer la correspondiente a 1984, consultó si debía incluir los ingresos percibidos en concepto de indemnización, cinco pagas por año trabajado. Le dijeron que estas rentas estaban exoneradas de tributación. Al cumplir 60 años le dieron otras nueve pagas. Hizo lo mismo: no incluirlas en la declaración.

Pero en 1990 a la Agencia Tributaria se le ocurrió hacer una declaración paralela a la que Rogelio venía realizando sin contratiempos. Y esa declaración arrojó una deuda de 225.000 pesetas. Rogelio no estaba conforme y recurrió. Repasaron las cuentas y la deuda impositiva se redujo a 136.000 pesetas.

Esta estimación del recurso no contribuyó a mejorar su imagen de la institución recaudatoria. Seguía creyendo que la razón le amparaba, de modo que si la Agencia había admitido en una ocasión que se había equivocado en una cantidad, era factible un error sobre el total reclamado.

-Como estoy jubilado y no tengo nada que hacer dispongo de todo el tiempo del mundo para exigir mis derechos.

Al reanudar sus reclamaciones tuvo que saldar las deudas contraídas, condición sin la cual no se admiten los recursos.

-Y si luego tienes razón, ¿cuándo te devuelven lo que has pagado de más?

Desde 1991 Rogelio no ha parado de ir de una ventanilla, a otra en un interminable rosario de paseos. Su contencioso con Hacienda continúa porque a la deuda principal se le han ido acumulando cantidades en concepto de sanciones y recargos por demora. Él pagó la cantidad principal, pero al no hacerlo dentro de plazo se le agravó la deuda con 27.000 pesetas de más.

,El día 23 de febrero de 1993 presentó una reclamación pidiendo que se le eximiera de las deudas. El día 4 de octubre el Tribunal Económico-Administrativo de Madrid le remitió un escrito solicitándole que formulara sus alegaciones acompañadas de las pruebas oportunas en un plazo de 15 días. A los 10 días Rogelio Arcones cumplimentó el requerimiento, según consta en el registro del tribunal.

Pasaba el tiempo, un día después del otro, y un mes tras otro sin tener noticia de qué había ocurrido con sus reclamaciones.

-A mí me pusieron una mula por pagar la deuda fuera del plazo de los 15 días -protesta.

Acudió personalmente

Tan harto estaba de no recibir ninguna comunicación que el 25 de abril de este año acudió personalmente al tribunal para averiguar la suerte de su expediente.

-Me dijeron que lo habían desestimado, pero héte aquí que me entregan un papel donde dice que el presidente de la sala, cinco vocales y un abogado del Estado se habían reunido el 15 de marzo para ver y fallar la reclamación, sobre la que acordaron declarar inadmisible por extemporánea". ¿Se ha visto eso en alguna parte? Si es extemporánea, que no sé lo que quiere decir, ¿por qué admitieron la reclamación? ¿Para determinar ese fallo tienen que reunirse tantos señores importantes? ¿Por qué falla un 15 de marzo y pasa un mes hasta que me entero porque acudo personalmente a interesarme sobre mi expediente?

Rogelio deja esas preguntas en el aire, pero las repetirá por escrito ante el Defensor del Pueblo. Y esperará a que se las contesten. No piensa gastarse dinero en recurrir a los tribunales por lo contencioso-administrativo. Todo su tiempo libre está dedicado a ese empeño.

-Le digo una cosa. Si me hubieran escuchado la primera vez; si me hubieran explicado que yo no tenía razón, por eso y por esto, yo no hubiera dado la lata. Nunca me han escuchado, así que pienso seguir dándola. No tengo otra cosa que hacer.

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