El PP niega credibilidad al plan de convergencia del Gobierno

Los responsables económicos del Partido Popular, el diputado Cristóbal Montoro y el senador Francisco Utrera, reiteraron ayer el mensaje de agotamiento del Gobierno al enjuiciar la actualización del plan de convergencia con la Unión Europea aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros. Algo más que una casualidad fue que Montoro dijera, como el viernes había hecho el presidente de la patronal CEOE, que la alternativa era que Felipe González convocara elecciones legislativas o que presentara un programa de reformas estructurales a realizar hasta el fin de la legislatura. También c...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los responsables económicos del Partido Popular, el diputado Cristóbal Montoro y el senador Francisco Utrera, reiteraron ayer el mensaje de agotamiento del Gobierno al enjuiciar la actualización del plan de convergencia con la Unión Europea aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros. Algo más que una casualidad fue que Montoro dijera, como el viernes había hecho el presidente de la patronal CEOE, que la alternativa era que Felipe González convocara elecciones legislativas o que presentara un programa de reformas estructurales a realizar hasta el fin de la legislatura. También coincidieron los representantes económicos del PP y la patronal al hacer balance en materia de empleo desde 1982 hasta 1993. Para ambos, el resultado final es negativo ya que todo el empleo creado (544.000 puestos) en ese tiempo lo ha sido en el sector público (589.000), ya que en él sector privado se ha reducido en 45.000.Cristóbal Montoro dedicó un amplio abanico de calificativos al plan de convergencia elaborado por el Gobierno: "falta de ideas", "agotamiento del proyecto de Gobierno", "no sirve como guía para la convergencia", "falto de credibilidad" y "autocomplaciente con la política económica llevada a cabo". Para el diputado popular, todo ello se concreta en que no se continúa con la reforma del mercado de trabajo iniciada, no avanza en soluciones prácticas a las reformas estructurales necesarias y supone una continuación del plan de convergencia de 1992 que "ha fracasado rotundamente". En definitiva, se trata de un "acto administrativo que había que cumplir", que se ha centrado "en el voluntarismo y que tiene un carácter marcadamente electoralista". Este carácter se refleja "en las previsiones de creación de empleo para los próximos años", que se recogen en el documento aprobado por el Gobierno. Los representantes populares centraron sus críticas en la ausencia de las reformas estructurales necesarias para eliminar los desequilibrios en el sector exterior, en el déficit público y en la inflación.

Por su parte, el ministro de Economía, Pedro Solbes, en declaraciones a la SER, negó "que haya incertidumbre política, ya que el Gobierno ha dicho muy claro que va a seguir" y aclaró que los encuentros con los nacionalistas para consensuar los presupuestos "han sido fructíferos". Solbes señaló como dato positivo la recuperación de la inversión en los meses de abril y mayo, que "va a permitir un mayor crecimiento económico este año, a la espera de la recuperación del consumo privado prevista para 1995".

Archivado En