FESTIVAL ASTRONÓMICO MUNDIAL

A simple vista, nada

Los astrofísicos españoles han logrado en las últimas semanas una extraordinaria notoriedad. Los medios de comunicación llaman continuamente para obtener datos sobre la colisión, pero también para invalidar la superstición callejera que ha generado la noticia. "Nos ha telefoneado gente que ya había notado terremotos, todos imaginarios, que relacionaban con el choque del cometa. Ojalá nuestra información sirviera para acabar con la superchería de los horóscopos y los visionarios", explica Antonio Molina, de Granada.Los astrónomos de todo el mundo han señalado que las colisiones no tendrán efect...

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Los astrofísicos españoles han logrado en las últimas semanas una extraordinaria notoriedad. Los medios de comunicación llaman continuamente para obtener datos sobre la colisión, pero también para invalidar la superstición callejera que ha generado la noticia. "Nos ha telefoneado gente que ya había notado terremotos, todos imaginarios, que relacionaban con el choque del cometa. Ojalá nuestra información sirviera para acabar con la superchería de los horóscopos y los visionarios", explica Antonio Molina, de Granada.Los astrónomos de todo el mundo han señalado que las colisiones no tendrán efecto alguno sobre la Tierra, "excepto entre algunos astrónomos muy excitados", como bromea uno de ellos. No saben exactamente qué esperar, porque en los casos de otros cometas vistos desde la Tierra, como el Kohoutek en 1973 o el Halley en 1986, lo sucedido fue mucho menos de lo esperado y defraudaron las expectaciones del público.

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"En una emisora de radio hemos escuchado que con unos prismáticos sería posible avistar el impacto. En realidad es posible que no lo veamos siquiera nosotros con el telescopio. Pero las concentraciones de curiosos para observar el cielo en lugares altos y abiertos siempre son buenas. Se pasa un buen rato mirando las estrellas, se charla y se bebe", dicen comprensivos los científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía.

Lo que los científicos sí reconocen es que el impacto se puede oír. Júpiter emite ondas de radiofrecuencia, entre 500 y 40 megahercios, que en una radio de onda corta se oyen como olas en una playa. Estos sonidos deben variar cuando se produzcan los impactos.

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