SANIDAD

Francia y EE UU experimentan una vacuna contra el sida

La empresa norteamericana Sheffield Medical Technologies ha anunciado un acuerdo de colaboración con el Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale francés (INSERM) para desarrollar una vacuna contra el sida, de concepción gala. La vacuna ha sido ensayada en monos y macacos con resultados muy satisfactorios, según explica su principal descubridor, el profesor Jean-Claude Cherman, antiguo colaborador de Montagnier y hoy responsable del INSERM en Marsella. "Si todo va bien los primeros ensayos en humanos los haremos en 1995".En su día Montagnier, que dirigía en el Institut Pasteur ...

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La empresa norteamericana Sheffield Medical Technologies ha anunciado un acuerdo de colaboración con el Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale francés (INSERM) para desarrollar una vacuna contra el sida, de concepción gala. La vacuna ha sido ensayada en monos y macacos con resultados muy satisfactorios, según explica su principal descubridor, el profesor Jean-Claude Cherman, antiguo colaborador de Montagnier y hoy responsable del INSERM en Marsella. "Si todo va bien los primeros ensayos en humanos los haremos en 1995".En su día Montagnier, que dirigía en el Institut Pasteur el primer equipo que localizó el virus del sida, fue víctima de la competencia, considerada desleal, del profesor americano Gallo, al que había enviado el primer virus que logró aislar, y que Gallo reprodujo para convertirse en codescubridor. Debido a ese precedente, la investigación conjunta entre franceses y norteamericanos ha topado con un muro de suspicacias en el que este acuerdo abre brecha.

El equipo marsellés que ha puesto a punto esta vacuna experimental parte de una constatación: "El virus del SIDA está modificándose continuamente, lo que dificultaba mucho nuestro trabajo. La idea era hallar lo que hay de común en todas las formas del virus". A partir de ahí y de la hipótesis de que la enfermedad se desarrolla mientras el virus puede transformarse, "nos interesamos en bloquear la aparición de mutaciones, convencidos de que bloqueábamos la evolución o la simple manifestación de la enfermedad". Cherman explica que "las pruebas en macacos nos han permitido fabricar anticuerpos sin que se produjese reacción de toxicidad alguna". Uno de los peligros de la opción adoptada era que el organismo acabase fabricando anticuerpos contra sus propios anticuerpos. No ha sido así.

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