Pleitos en la Universidad

El rector de Salamanca le niega la plaza a un profesor que ganó la oposición hace diez años

Para laberinto, el que atraviesa la Universidad española. Probablemente no hay estamento que le iguale en la práctica de la endogamia, un vicio impropio de una institución supuestamente abierta al universalismo y a la renovación.Los recursos y denuncias universitarios ante los tribunales de justicia se multiplican. Juan F. Gallardo, que vive y trabaja en Salamanca, no encontró en esa ciudad un abogado que le defendiera. Se vio forzado. a buscarlo en la vecina Valladolid para presentar un recurso contra la Universidad de Salamanca. "No quiso asumir mi defensa ninguno de aquí para no tener que e...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Para laberinto, el que atraviesa la Universidad española. Probablemente no hay estamento que le iguale en la práctica de la endogamia, un vicio impropio de una institución supuestamente abierta al universalismo y a la renovación.Los recursos y denuncias universitarios ante los tribunales de justicia se multiplican. Juan F. Gallardo, que vive y trabaja en Salamanca, no encontró en esa ciudad un abogado que le defendiera. Se vio forzado. a buscarlo en la vecina Valladolid para presentar un recurso contra la Universidad de Salamanca. "No quiso asumir mi defensa ninguno de aquí para no tener que enfrentarse a conocidos", dice.

Su caso es extraordinariamente común en la Universidad española. A menos de un año para cumplir los 50, Juan F. Gallardo ha recorrido las universidades de medio mundo después de doctorarse en Ciencias por la Universidad de Salamanca. Ha impartido clases de Edafología desde 1970 a 1978 en esta institución y ha sido becario de universidades prestigiosas de EE UU, Reino Unido y Francia, entre otros países. Está especializado en el conocimiento del suelo, materia sobre la cual investiga en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Salamanca.

Basándose en sus méritos científicos y experiencia docente opositó a una plaza de profesor titular. Tras superar la prueba en 1984, solicitó trabajo en una lista de 10 universidades. El Ministerio de Educación y Ciencia desoyó la lista y le envió a Barcelona. ¿Qué hace usted aquí?, le vinieron a decir allí. ¿No sabe que las universidades son competencia exclusiva de la Generalitat?

Gallardo volvió a Salamanca a reclamar su plaza hasta que la obtuvo en 1991. Cuando acudió a la toma de posesión el rector le dio calabazas. "Me dijo que no accedía porque no había alumnos suficientes", recuerda. El vicerrector de profesorado, Ignacio Verdugo, corrige el argumento. "Si no le daban plaza en Barcelona, ¿por qué se la íbamos a dar en Salamanca? ¿Estamos obligados a acoger a un profesor que no necesitamos? Sometimos su caso a consulta jurídica y le informamos negativamente".

Gallardo cree que el verdadero motivo para rechazarle es que la plaza está ocupada en comisión de servicio por el profesor Carlos Dorronsoro, antiguo catedrático de Salamanca que ahora ocupa la titularidad de esta disciplina en Granada. Cualquiera que sea el motivo, Gallardo lleva 10 años a la espera de ocupar su plaza, ganada legítimamente. Su compañero Julio Saavedra acaba de convertirse en catedrático de Mineralogía en la misma universidad, pero un recurso de una de sus competidoras ha paralizado automáticamente la toma de posesión.

La ley que regula las universidades permite estas prácticas. En los tribunales que juzgan a los opositores tienen más fuerza decisoria los vocales nombrados por la universidad convocante. Si el opositor viene de fuera, lo tiene crudo.

Archivado En