La Eurocámara también hace novillos

Los parlamentarios españoles se saltaron una de cada cuatro sesiones

Los parlamentarios europeos tienen fama de absentistas. Es clásica la imagen desoladora de sesiones plenarias con un hemiciclo casi vacío, que sólo se puebla en los momentos de las votaciones. La principal incógnita de la última votación importante de la legislatura sobre los tratados de adhesión de Austria, Finlandia, Suecia y Noruega no era el reparto de la Cámara entre partidarios y enemigos de la ampliación, sino la posibilidad de que la ausencia de eurodiputados no permitiera alcanzar el quórum exigido.Posiblemente por primera vez en la historia del Parlamento Europeo se ha realizado un e...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los parlamentarios europeos tienen fama de absentistas. Es clásica la imagen desoladora de sesiones plenarias con un hemiciclo casi vacío, que sólo se puebla en los momentos de las votaciones. La principal incógnita de la última votación importante de la legislatura sobre los tratados de adhesión de Austria, Finlandia, Suecia y Noruega no era el reparto de la Cámara entre partidarios y enemigos de la ampliación, sino la posibilidad de que la ausencia de eurodiputados no permitiera alcanzar el quórum exigido.Posiblemente por primera vez en la historia del Parlamento Europeo se ha realizado un estudio cuantitativo sobre la asistencia de los diputados a las sesiones, que arroja unas cifras moderadamente optimistas. La documentación utilizada han sido las actas de la asistencia diaria a las sesiones desde julio de 1989 hasta marzo de 1994, que han sido sometidas a una lectura óptica por ordenador para extraer luego las consecuencias estadísticas de asistencia por grupos de países, y dentro de cada país, por grupos parlamentarios. El trabajo ha sido realizado conjuntamente por los corresponsales en Bruselas de los diarios Frankfurter Allgemeine, The Independent, Libération, Irish Times y EL PAÍS.

Más información

Éste era el único método disponible de momento. Fuentes de los servicios parlamentarios han manifestado sus reservas sobre el valor de las actas. Muchos parlamentarios firman la hoja de asistencia y luego dedican el resto de su jornada en Estrasburgo o Bruselas a realizar llamadas o a trabajar desde sus despachos, si es que no se van a pasear o a hacer recados y compras en la ciudad. También puede darse el caso opuesto, de un diputado que asiste con religiosa devoción a los plenos, pero que no firma la hoja de asistencia por descuido o ignorancia. Todas las cuentas que se proporcionan aquí deben contar, pues, con la reserva de un método limitado, aunque, por el momento, el único existente.

La evaluación más fiable del trabajo de los eurodiputados, según las fuentes antes citadas, debiera producirse por una medición de su asistencia a las sesiones de las comisiones parlamentarlas en las que se organiza el Parlamento Europeo. No hay, sin embargo, posibilidad alguna de realizar por el momento esta evaluación, por cuanto las 19 comisiones del Parlamento Europeo han trabajado a puerta cerrada hasta hace dos años y sus hojas de asistencia no se hallan disponibles.

También se han utilizado, para la evaluación del estudio, las estadísticas proporcionadas por el Parlamento Europeo sobre el trabajo de los diputados. Estos datos, a pesar de que pueden ser significativos, no tienen una lectura en términos absolutos. Hay eurodiputados con un gran nivel de trabajo y de participación en las tareas parlamentarias que apenas han figurado en la elaboración de informes y resoluciones, mientras que otros con una presencia pública elevada se han limitado a firmar los papeles que había preparado su grupo parlamentario.

El promedio de asistencia a las sesiones plenarias es de un 75%. Por países, Irlanda y Holanda arrojan el promedio de asistencia más alto, con el 86%, y Francia, el más bajo, con el 66%. España se sitúa en un término medio del 74%. Por adscripción a los grupos parlamentarios, los eurodiputados españoles más cumplidores son los socialistas, con un 83%; la asistencia de los populares se cifra en un 76%; Izquierda Unida arroja un 76%, y el CDS, un 62,6%.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El análisis de la asistencia y del trabajo de los diputados españoles permite numerosas reflexiones. Los cabeza de lista no son necesariamente los más trabajadores. Y los más trabaja dores no siempre obtienen recompensa por su trabajo a la hora de elaborar las listas de las siguientes elecciones. Dos ejemplos de diputados que se han caído de las listas y cuentan con una buena nota de trabajo: Fernando Suárez, del PP, con un 82% de asistencia, autor de 26 informes y recomendaciones legislativas y firmante de 48 resoluciones, y José Vázquez Fouz, del PSOE, con un 94% de asistencia, autor de 26 informes y recomendaciones y firmante de 135 resoluciones.

Por el contrario, los dos cabeza de lista de la anterior legislatura cuentan con unas cifras de actas firmadas mucho más bajas: 49% Marcelino Oreja (PP) y 54% Fernando Morán (PSOE). La baja asistencia de los primeros espadas se registra en todos los países y no se debe en todos los casos a una actitud abstencionista, sino a la multiplicidad de obligaciones que suelen asignarles sus respectivos grupos políticos. Oreja, por ejemplo, presidió la Comisión Institucional y estuvo redactando el proyecto de Constitución Europea durante la mayor parte de la legislatura.

Sobre la firma

Archivado En