No dejaron lucir a un torero
Los toreros, no son sólo los matadores. Hay subalternos que son muy buenos toreros, y uno de ellos es el mallorquín Valentín Luján. Ayer, después de haber clavado, como en él es costumbre, un par de banderillas con arrojo y arte y cuando se disponía a rematar su actuación entrando de nuevo, el presidente cambié el tercio inopinadamente, y no sólo impidió el lucimiento del torero, sino que privó al público de uno de los mejores momentos de la tarde.Los novillos fueron de hermosa lámina y de juego aceptable. Hay que decir que, como es costumbre, se picó muy mal, rectificando, hurgando, marrando ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Los toreros, no son sólo los matadores. Hay subalternos que son muy buenos toreros, y uno de ellos es el mallorquín Valentín Luján. Ayer, después de haber clavado, como en él es costumbre, un par de banderillas con arrojo y arte y cuando se disponía a rematar su actuación entrando de nuevo, el presidente cambié el tercio inopinadamente, y no sólo impidió el lucimiento del torero, sino que privó al público de uno de los mejores momentos de la tarde.Los novillos fueron de hermosa lámina y de juego aceptable. Hay que decir que, como es costumbre, se picó muy mal, rectificando, hurgando, marrando y tapando la salida.
José Ortega estuvo voluntarioso con el descompuesto primero.El buen cuarto fue masacrado en varas, por lo que llegó a la muleta con muy poco recorrido, lo cual impidió cualquier lucimiento.
Olea / Ortega, Contreras, Macareno
Cuatro novillos de María Olea y 2º y 3º de Conde de la Corte, en general bien presentados, tres de juego aceptable y tres con problemas.José Ortega: silencio; aviso y silencio. Roberto Contreras: silencio y ovación. Macareno: ovación y vuelta al ruedo. Plaza Monumental, 8 de mayo.
Roberto Contreras expuso mucho en el difícil segundo. La faena al quinto la brindó al doctor Olsina, que la temporada pasada le operó de una cornada en esta plaza, y configuró una torera faena, pero que malogró con la espada.
El tercero tuvo un buen pitón izquierdo y Macareno, le instrumentó unos buenos muletazos con la zurda. Volvió a mostrar valor y buen corte con el sexto, que tenía mucho que torear y lo despenó con coraje y estilo.