Los 'cascos azules' dejan atrás el horror de Ruanda

Los aterrorizados cascos azules de Bangladesh se agolpaban ayer junto a docenas de refugiados a bordo de los aviones que salían de Kigali, la capital de Ruanda. La misión de la ONU en el país está cerca del fracaso total. Sólo 250 cascos azules, permanecen en el país para intentar negociar un alto el fuego entre los tropas gubernamentales, de la etnia hutu, y los rebeldes tutsis del Frente Patriótico de Ruanda.Cerca de 50.000 personas han abandonado Ruanda en los últimos diez días, según fuentes del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.

Ayer, uno de los dos avion...

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Los aterrorizados cascos azules de Bangladesh se agolpaban ayer junto a docenas de refugiados a bordo de los aviones que salían de Kigali, la capital de Ruanda. La misión de la ONU en el país está cerca del fracaso total. Sólo 250 cascos azules, permanecen en el país para intentar negociar un alto el fuego entre los tropas gubernamentales, de la etnia hutu, y los rebeldes tutsis del Frente Patriótico de Ruanda.Cerca de 50.000 personas han abandonado Ruanda en los últimos diez días, según fuentes del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.

Ayer, uno de los dos aviones Hércules de transporte españoles que evacua a extranjeros de Ruanda efectuó un arriesgado aterrizaje en la pista corta de la Misión de Sabe, en la región de Butare, según informaron fuentes diplomáticas. Su misión consistía en sacar de allí a cuatro monjas de clausura españolas de la orden de las Salesal Visitandinas.

La superiora, Concepción Batlle, y otra monja, Aurora Prieto, aceptaron embarcarse a bordo del aparato junto con cinco italianos, dos brasileños, dos franceses y un polaco. Otras dos monjas, María Fuertes y Oliva Alonso, permanecieron en su misión.

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