Cartas al director

Especialidades médicas

Esta carta quiere ser una réplica a la publicada el 1 de marzo de 1994 y firmada por Gabriel Ollé, acerca del colectivo de mestos (médicos especialistas sin título oficial).En primer lugar, no soy médico, sino en todo caso puede que algún día sea paciente; no me mueven, por tanto, razones económicas al denunciar la situación que en este país hay planteada con dicho colectivo. Como simple ciudadano considero impresentable que se ocupen plazas de médico especialista en ambulatorios, centros de salud y hospitales (principalmente comarcales o de pequeños centros urbanos) sin haber pasado po...

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Esta carta quiere ser una réplica a la publicada el 1 de marzo de 1994 y firmada por Gabriel Ollé, acerca del colectivo de mestos (médicos especialistas sin título oficial).En primer lugar, no soy médico, sino en todo caso puede que algún día sea paciente; no me mueven, por tanto, razones económicas al denunciar la situación que en este país hay planteada con dicho colectivo. Como simple ciudadano considero impresentable que se ocupen plazas de médico especialista en ambulatorios, centros de salud y hospitales (principalmente comarcales o de pequeños centros urbanos) sin haber pasado por un servicio de la especialidad correspondiente (ginecología, medicina interna, neumología, etcétera) durante cuatro o cinco años, como así ocurre con los especialistas formados por la vía legal MIR (médico interno residente).

Me parece descabellada su afirmación de que los "ha examinado la sociedad" y que han dado una "atención sanitaria especializada a sus pacientes", pues considero que la medicina autodidacta y sin la formación práctica en la especialidad que ofrece un servicio docente no es el mejor medio para atender a nadie.

Por otra parte, señor Ollé, le recuerdo que el sistema de acceso a la formación como especialista por la vía legal MIR está abierto a todo aquel licenciado en medicina que, en igualdad de condiciones, obtenga ese derecho en la oposición que a nivel nacional se convoca anualmente, y le recuerdo además que dicho sistema lleva en vigor más de diez años y que con anterioridad a este sistema existían otros que, no siendo tan justos como éste, sí garantizaban la formación adecuada y la obtención del título oficial como especialista.

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Por todo lo anterior estimo, como ciudadano de a pie, que solamente detrás de un título oficial descansa una garantía de adecuada capacitación para el ejercicio profesional.

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