Crítica:MÚSICA

Arriaga, revisado

En una breve gira de conciertos iniciada en París el día 21, y continuada en Bilbao, Madrid y Barcelona, Jordi Savall y su orquesta El Concierto de las Naciones, presentan estos días la versión revisada por el musicólogo José Antonio Gómez de la tan conocida y programada Sinfonía en re, de Juan Crisóstomo de Arriaga.Independientemente del valor que tiene el trabajo de Gómez, me parece un poco vergonzoso que se esté hablando y escribiendo en torno al estreno de la sinfonía del músico vasco. La obra es la misma, antes y después de la revisión musicológica. Mas lo cierto es que la C...

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En una breve gira de conciertos iniciada en París el día 21, y continuada en Bilbao, Madrid y Barcelona, Jordi Savall y su orquesta El Concierto de las Naciones, presentan estos días la versión revisada por el musicólogo José Antonio Gómez de la tan conocida y programada Sinfonía en re, de Juan Crisóstomo de Arriaga.Independientemente del valor que tiene el trabajo de Gómez, me parece un poco vergonzoso que se esté hablando y escribiendo en torno al estreno de la sinfonía del músico vasco. La obra es la misma, antes y después de la revisión musicológica. Mas lo cierto es que la Comunidad de Madrid, en día poco adecuado como es el domingo y a segunda hora de la tarde, ha patrocinado en el Auditorio el presunto estreno, acompañado de la obertura de Los esclavos felices, del mismo Arriaga, Coriolano y la Sinfonía heroica, de Beethoven.

Comunidad de Madrid: concierto extraordinario

Orquesta del Concierto de las Naciones. Director: Jordi Savall. Obras de Arriaga y Beethoven. Auditorio Nacional. Madrid, 23 de enero.

De lo hecho por Juan Antonio Gómez, lo más importante me parece la recuperación de un buen puñado de compases que, sobre todo en el último movimiento, otorgan al Conjunto mayor variedad, equilibrio y cohesión. Además, como es uso corriente en estos casos, Gómez ha contrastado cuidadosamente la edición existente con los materiales originales, a fin de ajustar detalles, matices e indicaciones, en una meritoria tarea de limpieza.

Esta obra, verdadera sorpresa de un músico juvenil llegado a París desde Bilbao para estudiar bajo la dirección de Fetis, que sería su mejor propagandista, se ciñe bien a las características de un grupo como el de Savall, especialmente por la belleza sonora de los instrumentos de cuerda de tripa. Por otro lado, la partitura no presenta grandes problemas, ni significa un avance sobre su tiempo, así es que Jordi Savall, ese extraordinario viola de gamba y, ahora, industrioso director, logró resultados dignos de aplauso.

Historicismo erróneo

Cosa bien distinta fue la Sinfonía heroica. Beethoven en el piano o en la orquesta, elevó su mirada hacia el futuro y de manera consciente y confesada sabía que mucho de lo que componía no era, por el momento, realizable. Aplicarle un historicismo que suena a convencional se me antoja inadecuado y erróneo. Si las dotes y la experiencia de Savall como gran director, que es lo que necesita la Heroica, no alcanzan los niveles exigibles, los tiempos se señalan con inusitada viveza, las tensiones de las líneas interiores no funcionan y hasta los motivos y las frases quedan rotas a veces por la imperfección de las viejas trompas, por ejemplo, el resultado no es ni interesante ni bello ni auténtico. Hubo aplausos y quizá el disco, cuando se grabe, tenga su venta. Pero ese es otro cantar: la fábula del Rey desnudo no pierde vigencia con el paso de los siglos.

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