Los indios no son personas

El desprecio a los indígenas y la 'normalidad' vuelven a San Cristóbal con el declinar de la revuelta

"¿A poco ora va a haber pelea?", grita una señora. Un señor le contesta varios metros calle abajo, por Real de Guadalupe: "Sí, por qué no iba a haber", y señala orgulloso su gallo giro [oscuro, con plumas amarillas en el cuello], al que trae en una caja amarrada con mecates [bramante]. La caja no es una caja cualquiera. Se trata dé una urna electoral de esas transparentes; en la tapa se lee Diputados. Por la rendija del voto respira el gallo, que se ve, como todo gallo en esas condiciones, inquieto. Como las casualidades ya no existen, y los sectores no iban a creer que ese gallo se ha...

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"¿A poco ora va a haber pelea?", grita una señora. Un señor le contesta varios metros calle abajo, por Real de Guadalupe: "Sí, por qué no iba a haber", y señala orgulloso su gallo giro [oscuro, con plumas amarillas en el cuello], al que trae en una caja amarrada con mecates [bramante]. La caja no es una caja cualquiera. Se trata dé una urna electoral de esas transparentes; en la tapa se lee Diputados. Por la rendija del voto respira el gallo, que se ve, como todo gallo en esas condiciones, inquieto. Como las casualidades ya no existen, y los sectores no iban a creer que ese gallo se había metido en una urna, y lo del mecate y todo, en ese momento se apareció Marco Antonio Cruz y le toma una foto.

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San Cristóbal de las Casas regresa a la normalidad, a su nueva normalidad, porque ahora todo será distinto. Por lo pronto, el desprecio y hasta el odio a los indígenas se expresa en voz alta. "De una vez que los maten a todos". Ése el tipo de frases que se escuchan.

Les llevaron al baile

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No lejos del panteón municipal, las canchas del Indejech están animadas por partidos de baloncesto y fútbol. La vida se normaliza. Como en tiempos de Ginés de Sepúlveda, en muchas mentes existe la certidumbre de que los indios no son personas, o lo son en menor grado. Su responsabilidad por lo que ocurre también es menor, simplemento los llevaron al baile.

Una columna en un diario arriesga esa caracterización: "Como los criminales de Abimael, el loco de Perú [en referencia al líder del movimiento maoísta Sendero Luminoso], que recluta indígenas quechuas y aymaras, así aquí los ideólogos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) reclutan indígenas tzeltales y tojolabales y tzoltziles que van a una muerte segura" (La Noticia, 9 de enero). Por lo demás, les gusta el tono pesado a estos diarios, que expresan el sentir de algunos sectores de la sociedad.

No hay manera de que Dios olvide al sufriente pueblo chiapaneco, así que les ha enviado un nuevo prodigio. El Señor de Corito, en el templo de Santa Lucía, volvió a llorar el 31 de diciembre.

El Ecce Homo ha llorado varias veces. En 1635 fue la primera vez, y en este siglo lloró lágrimas de sangre en 1902, antes de temblores y volcanes, en 1918 cuando la gripe española, en 1924 cuando la guerra civil pinedista, en 1973 antes de la gran inundación de San Cristóbal, en 1982 por el Chicholán.

"Esta vez nos presagió lo que ya hemos vivido y lo que vivimos", concluye sentencioso al respecto el diario La Noticia: "No era efecto que se pueda pensar que estaba propiciado por la mano humana, pero se miraba desde lejos y se apreciaba mejor acercándose; las lágrimas pendían del rostro de la venerada imagen".

La ciudad se apaga

Cada noche que pasa la ciudad se apaga más temprano. A las siete u ocho se diluye. Antes de las diez ya no hay un alma, ni un carro, ni un taxi. Los perros ya no ladran como en noches anteriores hacia el rumbo de Rancho Nuevo.

Al deprimirse severamente el turismo, el mercado, las tiendas y los restaurantes. han decaído. Sé afianzan una virtual ley seca y un parcial estado de sitio. La inseguridad crece ante el temor de que reaparezca la guerrilla, que de los lugares que tuvo, el que menos maltrató fue San Cristóbal. Repetían con alivio, la libraron. También el Ejército (compuesto aquí por una considerable cantidad de soldados chilangos bastante tratables) ha tratado con cuidado a la ciudadanía.

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