Brillo para el azulejo

La palabra crisis le resulta familiar a Rafael Benavent. Este industrial azulejero nacido hace 60 anos en Vall d'Uixó (Castellón) ha visto este año, como tantos otros empresarios de otros sectores, cómo se desmoronaba el mercado interior. Benavent, y con él la empresa que preside, Gres de Nules-Kerabén, ha tenido que buscar en los mercados exteriores lo que la recesión le negaba en España.La exportación ha vuelto a ser la tabla de salvación para la cuenta de resultados de la compañía. Mientras las ventas en el mercado español han caído un 13% este año, en Gres de NulesKeraben la facturación ex...

La palabra crisis le resulta familiar a Rafael Benavent. Este industrial azulejero nacido hace 60 anos en Vall d'Uixó (Castellón) ha visto este año, como tantos otros empresarios de otros sectores, cómo se desmoronaba el mercado interior. Benavent, y con él la empresa que preside, Gres de Nules-Kerabén, ha tenido que buscar en los mercados exteriores lo que la recesión le negaba en España.La exportación ha vuelto a ser la tabla de salvación para la cuenta de resultados de la compañía. Mientras las ventas en el mercado español han caído un 13% este año, en Gres de NulesKeraben la facturación exterior ha aumentado un 47%. "Eso significa que hace 15 días había un hombre nuestro en Australia, otro en Suramérica, otro en Rusia y otro en China", cuenta con orgullo. La devaluación de la peseta, admite, ha jugado un papel clave en este impulso.

Benavent, que se zambulló de cabeza en la industria azulejera "porque tenía una gran tradición en nuestra región", fundó el actual grupo azulejero Gres de Nules-Keraben a mediados de los años setenta. La fábrica está en Nules (Castellón), tiene unos 420 empleados y facturará este año unos 6.700 millones de pesetas. Es el retrato mismo de una sociedad anómina de cimientos familiares y con amplia tradición exportadora. Su padre no fue azulejero, pero sus cuatro hijos -Rafael (35 años), Juan José (31), Enrique (28) y María Teresa (25)- trabajan ahora mano a mano en la firma familiar.

Los azulejos, pavimentos y cerámicas españoles son uno de los pocos productos que indiscutiblemente se beneficiarán de la recién concluida Ronda Uruguay. Representan un 3,26% de las exportaciones que España destinó a terceros países de enero a octubre de este año (más de 65.000 millones de pesetas) y sufren un arancel superior al 20% en la mayoría de estos mercados. Si algún miembro del Ministerio de Comercio tenía que citar estos días de confusión algún sector español que ganase con el acuerdo, la cerámica ha sido el más nombrado.Los aranceles que sufre España para entrar en EE UU pueden pasar del 20% actual al 10%. Reducción que, según fuentes del sector, puede permitir doblar las exportaciones a este mercado en el medio plazo. Benavent está dispuesto a aprovechar las ventajas que le ofrece. "Lo bueno del GATT", apostilla, "es el cambio de mentalidad que entraña. Ya no valen parches ni sucedáneos; va a sobrevivir el más competitivo".El tipo de cambio de la peseta ayuda. Como para tantos otros exportadores, para Benavent la devaluación de la moneda española ha sido como aflojar un lazo que, demasiado prieto estos últimos años, amenazaba con estrangular la industria. "La devaluación nos ha venido bien y este año se va a notar en las cuentas de resultados de las empresas".

Define la industria en la que trabaja como "un dragón; cuanto más le echas, más apetito tiene". "A fortunadamente, la crisis nos sorprendió con gran parte de la reconversión industrial hecha, y es que la gente de este sector trabaja mucho", afirma. "Vete cualquier sábado o domingo a Manises [el aeropuerto de Valencial y seguro que encuentras a un par de personas del sector que viajan con sus maletas de muestras rumbo a Singapur, EE UU.... para el lunes volver rsu empresa". "Nadie; nada llueve del cielo", reitera.