EL LIBRECAMBIO

El acuerdo, que excluye al sector audiovisual, permite cerrar hoy las negociaciones de la Ronda Uruguay

El mayor esfuerzo para liberalizar el comercio mundial, la Ronda Uruguay del GATT, puede quedar sancionado hoy. Estados Unidos y la Unión Europea dieron ayer un empujón decisivo al alcanzar un acuerdo global que pasa por haber dejado fuera del pacto el sector audiovisual y haber ampliado el calendario de conversaciones al sector aeronáutico, servicios financieros y transporte marítimo. El acuerdo total de la Ronda, que hoy discuten en Ginebra 117 delegaciones de otros tantos países, se presenta hoy también al Congreso de EE UU, a la Comisión Europea y el Consejo de Exteriores de la UE, ...

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El mayor esfuerzo para liberalizar el comercio mundial, la Ronda Uruguay del GATT, puede quedar sancionado hoy. Estados Unidos y la Unión Europea dieron ayer un empujón decisivo al alcanzar un acuerdo global que pasa por haber dejado fuera del pacto el sector audiovisual y haber ampliado el calendario de conversaciones al sector aeronáutico, servicios financieros y transporte marítimo. El acuerdo total de la Ronda, que hoy discuten en Ginebra 117 delegaciones de otros tantos países, se presenta hoy también al Congreso de EE UU, a la Comisión Europea y el Consejo de Exteriores de la UE, y a la Asamblea francesa. La Ronda entrará en vigor en 1995.

Pacto global de EE UU y Europa en el GATT

LLUÍS BASSETS ENVIADO ESPECIAL La Unión Europea y Estados Unidos anunciaron ayer por la mañana la obtención de "un acuerdo global" en las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT para la liberalización del comercio mundial, después de una noche entera de intensas negociaciones entre el comisario europeo, Leon Brittan, y el embajador comercial estadounidense, Mickey Kantor. El acuerdo excluye los audiovisuales, los servicios marítimos y financieros y la construcción aeronáutica, cuatro de los contenciosos que mantenían abiertos Washington y Bruselas.

Pero sólo los audiovisuales quedan totalmente excluidos. En los otros sectores se contemplan nuevos plazos y condiciones de negociación. Estados Unidos ha aceptado, en cambio, someter su normativa de defensa comercial a la Organización Multilateral de Comercio (OMC), que se constituirá tras la firma de la Ronda Uruguay.

La obtención del acuerdo bilateral entre las dos principales potencias comerciales del mundo abrió ayer las puertas de par en par al acuerdo multilateral que se aprobará hoy en el último Comité de Negociación Comercial, que se celebrará dentro del plazo que finaliza a las doce de la noche (hora de Washington) de hoy 15 de diciembre.

Las horas que separaban al anuncio del acuerdo entre europeos y estadounidenses y la aprobación del acta final de la Ronda Uruguay eran de intensa actividad negociadora para intentar obtener algunas mejoras más por parte de los otros socios.

Recorte arancelario

La parte más sustancial de la Ronda Uruguay que hoy termina será el recorte de aranceles, que alcanza el 50% en numerosos casos y es de más del 33% de promedio. La firma del acuerdo GATS (Acuerdo General sobre Comercio de Servicios) introduce por primera vez el sector terciario en el GATT, pero como si fuera un cofre vacío que deberá llenarse en la próxima tanda negociadora. La exclusión de servicios financieros, audiovisuales y transportes marítimos convierte a este hijo posmoderno del GATT en una mera promesa.

En servicios financieros, Washington realizará una nueva oferta seis meses después de la creación de la OMC (Organización Multilateral de Comercio). En transportes marítimos no hay tampoco posibilidad de acuerdo por la escasez de la oferta norteamericana (3%), que reduce las posibilidades de contar con una masa crítica de países -calculada en una treintena- interesados en incorporarse a la liberalización. En construcción aeronáutica seguirá el acuerdo provisional y se fija un plazo de un año desde la creación de la OMC para empezar la liberalización.

No sucede lo mismo con el acuerdo agrario, por más que no sea de la devoción de los 17 países exportadores agrarios agrupados en el llamado grupo Cairns. Recorta las exportaciones agrarias subvencionadas de la UE en un 21% e implica una disminución progresiva del gasto agrario de la Comunidad. La reforma de la PAC (Política Agrícola Común) y su inclusión en el GATT por un período de nueve anos en que no puede haber represalias por la sobreprotección es uno de los cambios más sustanciales que han proporcionado los tres años de prolongación de la Ronda, desde su conclusión frustrada en Bruselas en diciembre de 1990.

La firma definitiva del acuerdo se efectuará el 17 de abril próximo en la ciudad marroquí de Marraquech y entrará en vigor el 1 de enero de 1995. El presidente estadounidense, Bill Clinton, comunicará al Congreso, antes de las doce de la noche de hoy, que ya ha conseguido el acuerdo dentro del fast track o mandato de negociación rápida concedido por los congresistas, por lo que será posible aprobarlo en una sola votación sin enmiendas antes de su firma en abril.

Confianza parlamentaria

El gobierno francés presentará el acuerdo hoy mismo a la Asamblea Nacional y comprometerá la confianza del Parlamento en el Gobierno, lo que significa que sólo un voto de censura puede derrotarle en la cuestión del GATT. También la Comisión Europea, primero, y el Consejo de Ministros de la UE, después, deberán aprobar el acuerdo antes de que se dé por cerrado esta tarde en Ginebra.

La aprobación del acuerdo final por parte del Consejo de la UE debe producirse por unanimidad, según los dictámenes elaborados por sus servicios jurídicos. No es necesario acogerse al derecho de veto emanado del llamado compromiso de Luxemburgo -pensado para poner a salvo los intereses vitales de alguno de los socios- para impedir la aprobación. El único país que había insinuado su voto negativo es Portugal, gravemente perjudicado por el acuerdo sobre la industria textil.

El resultado final permite al gobierno francés presentarse ante su opinión pública con dos victorias en la mano: la reforma del acuerdo de Blair House y la exclusión de los audiovisuales. El primer ministro Édouard Balladur se encontró en el más absoluto aislamiento dentro de la Comunidad cuando llegó al Gobierno en marzo de 1993, después de una campaña electoral marcada por su tono duramente crítico con sus antecesores socialistas, a los que acusaba de debilidad ante Bruselas. En cambio, ahora llega a la firma habiendo conseguido la solidaridad de los Doce y liderado a la entera Unión Europea en dos terrenos altamente simbólicos para Francia y para toda Europa como son el cine y la agricultura.

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