Los anexionistas de Puerto Rico seguirán planteando la integración en Estados Unidos

Un año después de las elecciones que auparon al poder al gobernador Pedro Roselló, el hombre que impuso en enero el inglés como lengua oficial de Puerto Rico, la fuerza alcanzada por quienes como él propician la anexión de la isla a EE UU se ha desmoronado. Puerto Rico dijo sí el domingo por mayoría numérica al Estado libre asociado (ELA) por el que se rige en la actualidad. A pesar de ello, el estrecho margen de su derrota (algo más de 37.000 votos) ha llevado a los anexionistas a confiar en el éxito de una futura consulta para la integración.

Todavía ayer había en las calles de San Ju...

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Un año después de las elecciones que auparon al poder al gobernador Pedro Roselló, el hombre que impuso en enero el inglés como lengua oficial de Puerto Rico, la fuerza alcanzada por quienes como él propician la anexión de la isla a EE UU se ha desmoronado. Puerto Rico dijo sí el domingo por mayoría numérica al Estado libre asociado (ELA) por el que se rige en la actualidad. A pesar de ello, el estrecho margen de su derrota (algo más de 37.000 votos) ha llevado a los anexionistas a confiar en el éxito de una futura consulta para la integración.

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Todavía ayer había en las calles de San Juan rescoldos de la victoria del Partido Popular Democrático (PPD), la formación política que hace un ano perdió el Gobierno de Puerto Rico. El PPD consiguió el domingo, por el 48,4% de los votos, que la isla no se desvíe de la fórmula política por la que se administra desde 1952. El Partido Nuevo Progresista (PNP), que gobierna la isla y goza de mayoría en el Congreso bicameral, obtuvo el 46,2% y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) sólo el 4,4%.Cuando se supieron los resultados que le daban la victoria al ELA, la capital puertorriqueña se convirtió en una fiesta, con caravanas automovilísticas de entusiastas ciudadanos que portaban la bandera nacional y que ocuparon las principales calles y avenidas. Celebraban así una victoria que muchos consideran ya histórica. Roselló aceptó la derrota, pero a medias y malhumorado.

Dijo que acataría el resultado, pero su habitual soberbia hizo también que dijera que el anexionismo, llamado también estatidad, había ganado un nuevo trecho en su camino. El gobernador, a quien habían, apoyado en su campaña con mensajes televisados en favor de convertirse en el Estado número 51 de la Unión los ex presidentes republicanos Gerald Ford, Ronald Reagan y George Bush, advirtió que no iba a cesar en su empeño hasta conseguir convertir a Puerto Rico en un trozo de tierra de Estados Unidos, a pesar de que este referéndum le ha costado también un 15% de los votos que sólo hace un año le auparon al Gobierno.

Roselló, un pediatra de 48 anos nieto de un emigrante mallorquín que regresó a morir a España, hizo referencia para seguir con su objetivo americanista a la diferencia de votos existente entre los puertorriqueños que votaron la estatidad en 1967, año en que se celebró la primera consulta sobre el futuro de Puerto

Rico, y la del domingo. Tanto aquella vez como ahora ganó el Estado libre asociado, si bien en aquella ocasión los partidarios de la anexión conformaban sólo el 38,9% del electorado y ahora son ya el 46,2%.

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Derrota del independentismo

La verdad es que la diferencia entre quienes ganaron y perdieron es pequeña y se ha situado en 37.399 votos. El independentismo, pese a que se trataba de una tercera opción que además está muy vinculada al mundo intelectual y artístico de la isla, partía con mucha desventaja, puesto que los puertorriqueños en modo alguno son partidarios de una ruptura absoluta con Estados Unidos.

Estos 95 años de neocolonialismo han traído a la isla comodidad, lo que se refleja en los subsidios. federales que llegan mensualmente a este teritorio caribeño y en el sistema de vida alcanzado.

Una reciente encuesta puso al descubierto que de los 3,6 millones de habitantes que tiene la isla sólo 800.000 integran la fuerza laboral operativa y que casi 1.350.000 puertorriqueños reciben ayudas federales. Con estas cifras se llega a la conclusión de que es mejor quedarse en casa, con una buena cerveza helada y el equipo de música a tope, esperando la llegada de subsidio antes que alistarse como trabajador de cualquier empresa.

Es más: la misma encuesta demostraba que una familia con cuatro hijos puede vivir por encima de los 1.200 dólares al mes (algo más de 160.000 pesetas), que es lo mínimo que se considera en Estados Unidos el umbral de la pobreza. Por ejemplo: ya como matrimonio, la familia obtiene mensualmente 300 dólares y por cada hijo 350, lo que suman 1.700 dólares. A esto se le une el derecho a. obtener una vivienda pública, por la que se paga entre nada y 50 dólares.

La diferencia, por lo tanto, es mayúscula. La encuesta ha revelado también que existen familias puertorriqueñas que llevan tres generaciones sin trabajar, ya que pueden subsistir con los subsidios. Un salario mensual estimado como normal para quien trabaja en Puerto Rico está situado en los 800 dólares.

La isla recibe anualmente igualmente desde Washington 8.000 millones de dólares de regalías federales, a las que hay que añadir un importante número de cupones alimenticios.

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