Crítica:POP

Los novísimos Teenage Fanclub

Son los novísimos del pop. The Posies, desde Seatle, y Teenage Fanclub, desde Glasgow, dos ciudades con tradiciones musicales muy arraigadas. Ahora, estas bandas, con tres discos grabados tras una corta y fulgurante carrera comercial, visitaron Madrid con su música en una sala que llenó su aforo y reveló el interés de un público joven, que conocía a la perfección el repertorio.Nueva escuela e incandescentes reflejos de un pasado inmediato son la mezcla resultante entre las dulces voces y los coros partidos por una base melodiosamente guitarrera. Una vuelta al concepto de temas cortos, redondos...

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Son los novísimos del pop. The Posies, desde Seatle, y Teenage Fanclub, desde Glasgow, dos ciudades con tradiciones musicales muy arraigadas. Ahora, estas bandas, con tres discos grabados tras una corta y fulgurante carrera comercial, visitaron Madrid con su música en una sala que llenó su aforo y reveló el interés de un público joven, que conocía a la perfección el repertorio.Nueva escuela e incandescentes reflejos de un pasado inmediato son la mezcla resultante entre las dulces voces y los coros partidos por una base melodiosamente guitarrera. Una vuelta al concepto de temas cortos, redondos, flotando en la melodía con todos los instrumentos, incluyendo la voz, en un mismo plano, sin sobresaltos ni sentimientos extremos; dulzura y mieles en la esencia de The Posies y Teenage Fanclub.

Teenage Fanclub

Norman Blake (voz y guitarra), Gerry Love (voz y bajo), Raymond McGinley (voz y guitarra) y Brendan Ohare (batería). 1.500 personas. Precio: 2.300 pesetas. Revólver Club. Madrid, 13 de noviembre.

El cuarteto de Glasgow era la primera atracción, un grupo de los noventa con miembros jóvenes que tiene en Alex Chilton, miembro fundador de Big Star, su principal influencia: la música de los setenta.

El cuarteto escocés desplegó toda su timidez musical y comenzó su actuación con intenciones duras sin que diera mucho resultado, intentándolo de nuevo en varias ocasiones durante el concierto, y llegando a un punto que les pedía vuelta atrás, a las melodías y a las voces y coros del mejor estilo de Simon y Garfunkel. Sólo la batería de Brendan Ohare fue capaz de dar vida y visión a una banda que planea sobre su música sin rozarla. Arrasaron What you do me y God knows is true, dos de sus canciones más relevantes y de éxito en las listas independientes británicas; y para los bises, una versión de Mister tambourine man, un tema de Alex Chilton con una guinda final: junto a los Posies, en el último tema de la noche, que duró casi 10 minutos, la anarquía más absoluta.

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