Reagan y Bush toleraron a los jefes de los 'escuadrones de la muerte' en El Salvador

Documentos de los servicios de información norteamericanos recién hechos públicos revelan que las Administraciones de los presidentes Ronald Reagan y George Bush sabían de la directa implicación de líderes ultraderechistas en los asesinatos políticos perpetrados en El Salvador durante la pasada década, lo que no fue obstáculo para seguir cooperando estrechamente con ellos. Además del fallecido comandante Roberto d'Aubuisson, los documentos hablan del actual vicepresidente, Francisco Merino; del alcalde de San Salvador, Armando Calderón, y del recién retirado ministro de Defensa, René Emilio Po...

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Documentos de los servicios de información norteamericanos recién hechos públicos revelan que las Administraciones de los presidentes Ronald Reagan y George Bush sabían de la directa implicación de líderes ultraderechistas en los asesinatos políticos perpetrados en El Salvador durante la pasada década, lo que no fue obstáculo para seguir cooperando estrechamente con ellos. Además del fallecido comandante Roberto d'Aubuisson, los documentos hablan del actual vicepresidente, Francisco Merino; del alcalde de San Salvador, Armando Calderón, y del recién retirado ministro de Defensa, René Emilio Ponce.Alrededor de 12.000 documentos difundidos por los departamentos de Estado y de Defensa y por la Agencia Central de Inteligencia -(CIA), debido a la presión del Congreso, prueban que las Administraciones republicanas de Reagan y Bush recibieron información secreta de que el Ejército salvadoreño estaba controlado por generales y jefes que o bien ordenaron asesinatos o bien participaron en escuadrones de la muerte en algún momento de su carrera.

Muchos de los documentos se refieren a los contactos de la Administración con el extremista D'Aubuisson, al que la CIA presenta como "el principal matón de los terratenientes y coordinador de los escuadrones de la muerte ultraderechistas que asesinaron a miles de sospechosos de ser izquierdistas y a sus simpatizantes"

D'Aubulsson, líder del partido ARENA, murió de cáncer en 1992, pero los documentos también identifican al actual vicepresidente, Francisco Merino, como un organizador de escuadrones de la muerte y dan cuenta del planeamiento de un secuestro en 1981 en casa de Calderón. Los papeles también demuestran que Washington tenía conocimiento de que el general Ponce preparó escuadrones de la muerte junto con D'Aubuisson.

"D'Aubuisson es egocéntrico, temerario y quizás mentalmente inestable", concluía un informe de la CIA dirigido en marzo de 1981 a Richard Allen, consejero de Seguridad Nacional de Reagan. Otros documentos informaban de que el comandante traficó con drogas y con armas y presidió la reunión en la que se planificó el asesinato del arzobispo Óscar Arnulfo Romero. En su círculo también se planificó en 1989 el asesinato del presidente Alfredo Cristiani.

"Teníamos que tratar con D'Aubuisson", dice William Walker, embajador de EE UU con Bush. "Era congresista, fue elegido y era líder de un partido en el Gobierno".

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