Cartas al director

¿Lejos del caos?

Llevo algún tiempo viviendo en La Navata (Galapagar) porque, como a la mayoría de la gente que ha tomado mi misma decisión, me gusta el campo, la tranquilidad y el aire limpio, por lo que he buscado un sitio alejado del caos y la contaminación de Madrid (aunque tengo que desplazarme todos los días a trabajar a la ciudad).Pues bien, debe de haber algún vecino (o algunos) que echa de menos un poco de suciedad para sentirse a gusto. A pesar de la cantidad de contenedores para basura que hay en toda la zona, todavía hay quien utiliza cualquier cuneta o esquina para depositar sus bolsas llenas de d...

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Llevo algún tiempo viviendo en La Navata (Galapagar) porque, como a la mayoría de la gente que ha tomado mi misma decisión, me gusta el campo, la tranquilidad y el aire limpio, por lo que he buscado un sitio alejado del caos y la contaminación de Madrid (aunque tengo que desplazarme todos los días a trabajar a la ciudad).Pues bien, debe de haber algún vecino (o algunos) que echa de menos un poco de suciedad para sentirse a gusto. A pesar de la cantidad de contenedores para basura que hay en toda la zona, todavía hay quien utiliza cualquier cuneta o esquina para depositar sus bolsas llenas de desperdicios, que no son retiradas por los servicios de recogida y se van acumulando. En concreto haré referencia a dos puntos donde esta práctica está tomando dimensiones más que molestas.

Uno de ellos es una antigua vivienda llamada El Palacete, hoy abandonada, que está rodeada por una gran parcela vallada y cerrada por tres cancelas. Estas cancelas han sido abiertas (a pesar del esfuerzo de algunos vecinos por mantenerlas cerradas) y en el interior de la finca se ha establecido un basurero, para la delicia de los que viven cerca o salen a pasear por allí, ya que las bolsas de desperdicios se agolpan adosadas a las cancelas y ofrecen su espectáculo a todo el que pasa por la calle. Y lo curioso es que existen dos contenedores de basura un poco más allá... El otro punto se encuentra cerca de la estación de tren de La Navata, donde se han habilitado dos contenedores, uno para papel y otro para vidrio (con el fin de ser reciclados). Al otro lado de la calle hay uno para basuras orgánicas, pero hay quien todavía no lo ha visto, pues a orillas de los contenedores de vidrio y papel hay siempre amontonadas bolsas de desperdicios.Supongo (o espero) que los vecinos a los que no les importa la suciedad son sólo unos pocos, pero están haciendo un mal favor a todos los demás, que deseamos vivir en esta preciosa localidad de la sierra sin tener que tropezar a cada paso con la evidencia de que el ser humano sólo es capaz de degradar el entorno en el que habita.-

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