Un afeitado discreto

La corrida de rejones anunciada en la Feria de Málaga sufrió una profunda transformación: los hermanos Luis y Antonio Domecq y la rejoneadora francesa María Sara enviaron partes facultativos, y aún no se sabe lo que padecen. Ya es casualidad que se pongan enfermos los tres a la vez.Aunque circulaban distintas versiones, parece que lo cierto es que el presidente del festejo envió el siguiente mensaje a la empresa de la plaza: que el afeitado de los toros sea discretito. Dicho y hecho: muy discretito. Los Domecq, que se enteran; María, que se entera, y los tres piensan que, con tanta discreción,...

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La corrida de rejones anunciada en la Feria de Málaga sufrió una profunda transformación: los hermanos Luis y Antonio Domecq y la rejoneadora francesa María Sara enviaron partes facultativos, y aún no se sabe lo que padecen. Ya es casualidad que se pongan enfermos los tres a la vez.Aunque circulaban distintas versiones, parece que lo cierto es que el presidente del festejo envió el siguiente mensaje a la empresa de la plaza: que el afeitado de los toros sea discretito. Dicho y hecho: muy discretito. Los Domecq, que se enteran; María, que se entera, y los tres piensan que, con tanta discreción, ellos no van a Málaga. Y entre las distintas opciones -por ejemplo, no torear y afrontar las consecuencias-, eligieron la menos gallarda: enviar un parte facultativo.

Sánchez / Valdenebro, Buendía, Cárdenas

Toros de para rejones de Ramón Sánchez, muy bien presentados, bravos y codiciosos. Todos discretamente afeitados.Luis Valdenebro: dos rejones (silencio); cinco rejones -aviso- descabello (silencio). Javier Buendía: rejón trasero (oreja); dos rejones (dos orejas). Salió a hombros. Pedro Cárdenas: rejón caído (vuelta); rejón bajo y tres descabellos (vuelta). Plaza de toros de Málaga, 16 de agosto. Cuarto festejo de feria. Tres cuartos de entrada.

Otro cartel

Javier Buendía, que formaba parte del cartel original, se quedó solo. Le buscaron dos compañeros y, a estas alturas, los aficionados todavía paladean una brillante tarde de rejones.Es verdad que la corrida de Ramón Sánchez, muy bien presentada, brava y codiciosa en líneas generales, había sido afeitada muy discretamente, pero, en lugar de añadir un riesgo innecesario, esta circunstancia aumentó la emoción de la pelea. Sin duda alguna, el aficionado prefiere este afeitado discreto a aquel otro que deja los pitones por la mitad.

Buendía salió a hombros de la plaza tras dos lecciones magistrales de toreo a caballo ante dos toros que colaboraron al lucimiento. Buendía es el temple y en tomo a este concepto desarrolló toda su actuación. Realizó un toreo fácil, pero no frío, técnico, suave, sin estridencias, elegante y siempre emocionante. Destacó en todos los tercios y consiguió un éxito de clamor.

Pedro Cárdenas es joven y poco conocido. Tiene oficio, una técnica depurada y mucho gusto en la ejecución de las suertes. Sorprendió su seguridad en la cara del toro y los quiebros espectaculares en banderillas. No acertó a la hora de la muerte y su premio se redujo a dos vueltas al ruedo.

El sevillano Luis Valdenebro actuaba por segunda vez en la feria. Muy sobrio, discreto, con abundantes fallos, su labor tuvo el mérito indiscutible del valor. Le tocaron los dos toros de más trapío -sobre todo, el quinto- y no volvió la cara en ningún momento.

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